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1 de marzo de 2019

¿CUÁNTO TENGO QUE ORAR?

¿CUÁNTO TENGO QUE ORAR?







Cuando comencé a asistir a una congregación para mí como para todos aquellos que lo están  haciendo, todo es nuevo. Por ejemplo la manera de adorar y exaltar a Dios por medio de cánticos, para aquellas iglesias que tienen grupos de danzas, es muy curioso ver sobre todo las jovencitas bailando para glorificar a Dios. Pero  todo el tema de la ORACIÓN es totalmente nuevo. 

Yo me formé en una iglesia tradicional, salvo por dos hermanas que oraban públicamente y en voz alta, no se hacía más que ello, pero me enseñaron que LA ORACIÓN ES UN ESTILO DE VIDA para poder comunicarme con Dios. 

La ORACIÓN definitivamente es el método que tenemos para compartir nuestros sentimientos y deseos delante de Dios.

Cuando comienzas a leer la Palabra de Dios, la Biblia,  te  darás  cuenta que cada uno de los HÉROES DE LA FE, utilizaron este método para tener esa relación fluida con Dios. Pero debemos de aprender a ser equilibrados en la manera de sostener y mantener nuestra relación con Dios. 

Esto significa que debemos de ser proporcionales a nuestra responsabilidad delante de  Dios, pues igual que los niños que asisten a un jardín de infancia que solo juegan a estudiar, por otra parte, los niños que asisten a la escuela comienzan realmente a aprender los palotes que les afianzarán para sus futuros estudios universitarios. 

Ósea, utilizando la anterior parábola cuando comienzas tú relación con Dios, es normal que tú lo busques por  medio de la ORACIÓN de vez en cuando, al igual que lees su Palabra con pequeños ensayos incluso con tan solo un versículo al día con ello tiras de cristiano por mucho tiempo.

Pero llega un momento en  tú relación con Dios donde tienes que confrontarte y desearás subir de nivel por así decirlo, entonces tu nivel de responsabilidad delante de  Dios, guiado por el Espíritu Santo te pedirá más, más ORACIÓN y más lectura de la Palabra de  Dios.

Así que ¿CUÁNTO TENGO QUE ORAR?, pero en realidad no existe una formula exacta que me permita determinar este tiempo, pero lo que sí me dejará medir es la intensidad de la ORACIÓN que tengo que hacer.

Veamos estos dos ejemplos y trataré de darte mí punto de vista:

“Y oró Eliseo, diciendo: «Te ruego, Jehová, que abras sus ojos para que vea.» Jehová abrió entonces los ojos del criado, y este vio que el monte estaba lleno de gente de a caballo y de carros de fuego alrededor de Eliseo”
2 Reyes 6:17 RVR95

Y oró Eliseo, diciendo: Te ruego, Jehová, que abras sus ojos para que vea. Acabé de cronometrar esta sencilla frase y me gasté exactamente cuatro segundo con setenta y cinco milésimas de segundo, haciendo este ejercicio de manera calmada, pero me puedo imaginar al Profeta Eliseo con su actitud de reprensión gastando mucho menos.

El contexto de este, es que el rey de Siria entró en guerra en contra del rey de Israel, pero el profeta Eliseo proféticamente se adelantaba a lo que sucedería y guiaba al rey de Israel para no ser sorprendido y de esta manera el reino no caería en manos del adversario sirio; por su parte el rey de Siria sospechando una traición, reuniendo todo su consejo en secreto ordeno la muerte de Eliseo y por eso mandó a todo un regimiento a tomarlo. 

Esa mañana el criado del Profeta Eliseo que nunca supo aprovechar el estar rodeado de la bendición para crecer espiritualmente, su vida desfalleció y se angustió de tal manera, que al llevarle el desayuno al Profeta exclamó: ¡Ay, Señor mío! ¿qué haremos? (Este será otro estudio, pero que tú vivas todos los días rodeado de personas de FE no implica que tú tengas ni siquiera FE en Dios), de allí que el Profeta le tenga que calmar con el famoso: “TRANQUILO SON MÁS LOS QUE NOS RODEAN A NUESTRO FAVOR”.

Pero la ORACIÓN que le REVELÓ la verdad a Giezi no duró más de los cuatro segundos que anteriormente mencione y pudo ver los carros de fuego y todo el ejercito celestial que los estaba protegiendo.

Entonces nuevamente ¿CUÁNTO TENGO QUE ORAR?

Para aclarar acerca del segundo ejemplo de ¿CUÁNTO TENGO QUE ORAR?, deseo traer una sencilla reflexión que siempre tuve acerca de la ORACIÓN que tuvieron que hacer esos Héroes de la Fe delante De Dios, pues tenemos muchos ejemplos dentro de la Biblia que nos dicen: “Elias oró y el sol se detuvo”, “Nehemías oró y habló al rey”,  etc… Bueno pero, ¿Qué fue lo que oraron para ser tan efectivos? Pero pocos registros bíblicos tenemos y por ello traigo esta ORACIÓN hoy:


“Entonces Ezequías oró a Jehová diciendo: «Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, solo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra. Inclina, Jehová, tu oído, y oye; abre, Jehová, tus ojos, y mira. Escucha todas las palabras que Senaquerib ha enviado a decir, para blasfemar contra el Dios viviente. Ciertamente, Jehová, los reyes de Asiria han destruido todas las tierras y sus comarcas y han entregado los dioses de ellos al fuego, porque no eran dioses sino obra de manos de hombre, madera y piedra; por eso los destruyeron. Ahora pues, Jehová, Dios nuestro, líbranos de sus manos, para que todos los reinos de la tierra conozcan que solo tú eres Jehová.»”
Isaías 37:15-20 RVR95

Ezequías esto fue lo que oró y resultó tan efectivo que Senaquerib renunció a tomar la tierra que se había prometido conquistar. 

Esta es una ORACIÓN clara, concisa y sincera, tal como la que profetizó Eliseo ante su criado, porque realmente lo que importa es la INTENSIDAD, SINCERIDAD Y ESPONTANEIDAD que tengas delante de la presencia de  Dios.

Un día tendrás cinco segundos para hacer una ORACIÓN tal que dependerá toda tu vida de ella, pero también en algún momento podrás gastarte dos o tres horas para agradar el Corazón de tu Padre Celestial que tanto cuida de ti demostrándote en todo tiempo CUANTO TE AMA.

La ORACIÓN de Ezequías fue un CLAMOR PROGRAMADO y ESTUDIADO tanto es así que esa ESPONTANEIDAD le llevó por una senda de seguridad delante de Dios, sí logras leer entre líneas, el rey lo hace con tanto gusto y dedicación pues sabe que está en juego es su vida y el reino, no es una simple ORACIÓN a la desesperada, midió toda su expresión gramatical para decirle a Dios exactamente no solo lo que ha pasado, lo que está ocurriendo y lo que va a suceder, sí Él no hace nada. No le falto el aire ni se angustió, pero fue claro y conciso.


Quizás debemos de aprender a estar delante de  Dios ENTENDIENDO LOS TIEMPOS de  Dios, pues de pronto él deseando marchar contigo a la guerra y tú buscando quedarte en su reposo. Pero esto solo se  aprende al invertir,  a estar tiempos a solas con tú Señor. Pues Él es el único que te va a enseñar y dar la respuesta de  ¿CUÁNTO TENGO QUE ORAR?

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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya está en ti.
  

  



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