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12 de abril de 2019

¿PARA QUÉ DIOS TE CUENTA SUS SECRETOS?




¿PARA QUÉ DIOS TE CUENTA SUS SECRETOS?








Dentro de la vida cristiana, nos acostumbramos a utilizar ciertos términos y expresiones que al final los convertimos en parte de nuestro estilo de vida, sin muchas veces entender ¿Qué es? ¿Para qué es? o ¿por qué están ahí? Una de ellas es la palabra,  “Profeta y Profecía”.

Las definiciones que vamos a encontrar del profeta según la RAE es:  Persona que posee el don de profecía y por señales o cálculos hechos previamente, conjetura y predice acontecimientos futuros. Pero bíblicamente es la boca de Dios en la tierra para anunciar sus  planes a los hombres:

“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.”
Jeremías 1:5, 10 RVR1960

“Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.”
Ezequiel 3:17 RVR1960

Por lo tanto la profecía son todos los dichos, palabras y expresiones  de los profetas hablando la voz de Dios, por mandato suyo para traer claridad, dirección, exhortación, aliento, y todo lo que desee Dios expresar.

Jesucristo fue muy claro al advertir sobre estos tiempos en los que vivimos que se levantarán muchos falsos profetas, pero esta expresión trae implícitamente que hay también verdaderos profetas, como cuando nos dice que el Padre busca que le adoremos en espíritu y en verdad, pues ya hay quién realmente lo este haciendo. El que no nos agrade o guste un predicador o un ministerio no es garantía de poder decir falsas acusaciones contra estos ministros, quizás ellos hacen parte de aquellos verdaderos profetas o ministerios que Dios está utilizando en los últimos tiempos.

En las diferentes redes sociales puedes observar y leer descalificativos tan graves e insultantes de algunos hermanos y ministros de la Palabra, contra personas que están predicando también  la palabra de Dios, pero lamentablemente  no somos conscientes del mal ejemplo que estamos dando ante las personas que se acercan a nosotros para conocer de Cristo, pues lo único que ven son chismes, contiendas, murmuraciones de igual manera que se hace en la calle. 

En las narraciones bíblicas encontramos una hermosa historia de amistad, está ocurre entre Dios y Abraham. Un día dentro de la eternidad de Dios, el clamor en contra de Sodoma y Gomorra, subió al cielo y Dios se dispuso a ejecutar su Justicia. De camino a estas dos regiones, Dios  decide pasar a comerse un asado con su buen amigo Abraham, él toma el mejor becerro y cocina panes y lo disfruta con Dios debajo de su tienda de campaña; ya al atardecer Dios se dice ¿Voy a hacer de Abraham la nación más grande que jamas ha existido, a caso le ocultaré el hecho que voy a destruir estas dos regiones? Le cuenta todos los planes, entonces Abraham sabe lo que tiene que hacer y le dice a Dios:

“Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos. Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza. Quizá faltarán de cincuenta justos cinco; ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco. Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor a los cuarenta. Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta. Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte. Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez. Y Jehová se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar.”
Génesis 18:24-33 RVR1960

Permitan que les resuma estas líneas bíblicas: “Abraham clamó a Dios”. El pudo decirle a Dios todas las verdades sobre estas dos regiones y terminar diciendo: “vamos Dios, lo tienen merecido, todos son unos depravados sexuales, homosexuales, alcohólicos, ladrones, estafadores, detractores de tus ordenes, falsos profetas, injuriadores, mentirosos, difamadores, ególatras, vanidosos, se roban tu gloria, se roban tus diezmos, en fin, son lo peor de la sociedad, le harás un bien a la tierra si los borras y no dejas ni sombra de ellos”, pero en vez de ello clamó a la gracia, amor, misericordia, verdad y justicia de Dios para que no los destruyera.

Dios quiere tener una amistad contigo, él busca tenerte en cuenta en todos sus planes, es más aunque Dios este determinado a hacer su Justicia busca que tú apeles ese lado tierno y amoroso hacia los demás (estudio pendiente, Dios revela que no le gusta hablar con cinco personajes bíblicos pues le mueven siempre a misericordia contra la humanidad), ósea,  él buscará tu lado afable y protector.

En estos días tuve una conversación con  un  amigo, en esta él me aclaraba acerca de dos personas muy relevantes a nivel cristianos, me habló acerca de una revelación que tuvo de parte de Dios, que estos eran unos hechiceros e hipócritas. Muy inquieto por sus afirmaciones le contesté: “Quién soy yo para poner en duda que Dios te habló y afirmó esto, pero quien soy yo para juzgar, pues con la misma vara que mida, seré medido, pues yo también he sido manipulador al igual que en muchas ocasiones he sido tan legalista y religioso como los Fariseos bíblicos”. A mí favor tengo que por estas personas todos los días oro a Dios y clamo por sus vidas y ministerios.

De esta conversación puedo sacar una fuerte impresión y es: “Cuando se quiere hacer justicia personalmente, es porque consideramos que Dios no la va a hacer”,  me explico con esta pregunta reflexiva: ¿A caso Dios no tiene poder y autoridad para exterminar a los falsos profetas como lo hizo con el fuego que mandó con Elías, quitando a los falsos profetas de Baal? ¿A caso te crees tú el dedo índice de Dios para aniquilar y destruir ministerios con tus comentarios y severidades?

Es por esto que hoy te animo a buscar de Dios, sinceramente y comprendas cual es el tipo de amistad que él desea tener contigo, para cuando entiendas los secretos que Dios te está contando comprendas que son para clamar, interceder y reclamar su justicia, tal como lo hizo Abraham, tal como lo hizo Jesucristo aun delante de todas las castas religiosas del momento, clamando por Jerusalén:

“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta. Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.”
S. Mateo 23:37-39 RVR1960

En este estudio procuraré mostrarte el significado de vivir tú relación con Dios para que clames e intercedas por los demás cuando él te revele sus secretos. Sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en la web y lee otros estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:

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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya está en ti




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