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8 de julio de 2019

¿QUÉ ES EL CELO DE DIOS? 2

¿QUÉ ES EL CELO DE DIOS? 2










Tomar la correcta decisión, me catapulta al éxito.




En el estudio anterior vimos como Dios cuida de ti y por eso no admite ningún tipo extraño de fuego en Su relación contigo. La santidad es una premisa en nuestra relación con el Padre Celestial, pero solo a través de la justificación de Cristo lo lograremos. Cada acto que hacemos  tenemos presente el amor y la misericordia. El miedo es la fe manifestada del reino de las tinieblas. Pero continuemos… 


Volviendo al tema central Nadab y Abiú, eran dos sacerdotes hijos de Aarón, eran la primera camada de generación de sacerdotes de la Ley de Moisés, ellos acaban de recibir por mandato directo  las ordenanzas de como se tienen que hacer las cosas, es decir,  se las acaban de enseñar, estaban aún con el titulo en la mano de la graduación y tenían que poner en practica lo que hacia unos días su tío Moisés le dijo como ser unos buenos sacerdotes delante de Dios.

¿Qué fue lo que les enseño Moisés?

“Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado”.
Levíticos 10:3 

Pero, para estar santificados a Dios tenemos que vivir en santidad,  en otras palabras,  apartados de todo lo que a Dios no le agrada, dejando de lado todo lo que sea o provenga de una mentalidad natural, alejándonos del todo lo que es normal para las corrientes de este siglo, apartándonos de todo argumento y estructura tanto mental como espiritual que nos ata o une al reino de las tinieblas. Viviendo exclusivamente para Dios, porque siendo sincero,  es muy difícil por eso daré este ejemplo: debemos de entender que  no le somos fieles a nuestras parejas por lo buenos que somos, sino que le somos fieles a Dios, por eso no comentemos actos deshonrosos de adulterio, porque el perfecto amor de Dios, hecha fuera todo temor. Somos fieles a Dios por eso no solo pagamos nuestros impuestos locales como corresponden sino que pagamos las ofrendas en la Iglesia conforme hemos progresado. Nosotros amamos a Dios por eso hacemos actos nobles de servir en las iglesias, a la sociedad,  a la humanidad.

Tener esta clase de pensamientos son los que nos alejan a las corrientes de este siglo. Les recomiendo leer la Novela: “En sus pasos,  ¿Qué haría Jesús?” de  Charles M. Sheldon.

¿Qué es lo que no te permite estar hoy santificado para Dios?
¿Qué es todo aquello a lo que debes dejar y debes de morir para que realmente como dice la Palabra: “Más ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí”?
¿Qué te falta desarraigar de tu vida, cuales son las voces que te hablan y no la voz que te debería hablar, para que se cumpla en tu vida: “He aquí somos nuevas criaturas, las cosas viejas pasaron, he aquí son hechas nuevas”?

Entonces, ¿Cuál fue el error de estos dos, es decir Nadab y Abiú?
“y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño”, al parecer fruto de su borrachera, que él nunca les mandó.  Dios nunca mando a ofrecer delante de él un fuego que no pidió.

Hay cosas que son muy claras, por ejemplo,  Dios nunca te dirá que te dejes de congregar, en todo caso te mostrará el pecado del Pastor y que este  no quiere corregir por lo tanto debes de alejarte de este tipo de iglesia. Dios nunca te dirá que no pagues tus ofrendas, ni negociará contigo donde debes de presentarlas, Dios es muy claro el te dice en su Palabra: 

“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”.
Malaquías 3:10 RVR1960

“Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas”.
1 Corintios 16:2 RVR1960


Pero sin querer disminuir mérito alguno, ni juzgar a ningún hombre:
¿Dios te mandó a escuchar a tal predicador, Pastor o quién encontraste en YouTube hablando de él?
¿Dios te mandó a leer el libro este que estás leyendo?
¿Dios te mandó a llevar tus diezmos  a la Iglesia de los hermanitos de caridad?
¿Dios te mandó a irte de tu casa?
¿Dios te dictó  la estrategia para llevar tus hijos a Sus píes?
¿Dios te mandó a liberar o sanar a una persona, la cual aún no ha entendido el proceso de disciplina qué Dios le permite tener?
¿Dios te mandó a exhortar a una persona que no quiere escuchar  Su  voz?
¿Dios te mandó a ser Pastor o son tus deseos de ser nombrado y figurar delante de los hombres?

Como podemos ver, todos estos  ejemplos y a la verdad son malos ejemplos porque, tienen “Apariencia de nobleza”, pero si no son los deseos de Dios, los que salen realmente de Su corazón, entonces no hay nada, son hojarasca, son fuego extraño delante de él.


Veamos brevemente este otro ejemplo:

“Aconteció que habiendo Samuel envejecido, puso a sus hijos por jueces sobre Israel. Y el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo, Abías; y eran jueces en Beerseba. Pero no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho. Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel, y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones. Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos”.
1 de Samuel 8:1-7 RVR1960

El  Profeta Samuel, un hombre que unificó el reino, trató la corrección a las leyes de Moisés, tanto es así que el Talmud, los Judíos lograron resolver muchas dudas gracias a las enseñanzas y ordenanzas de Samuel. Pero… Samuel descuidó la crianza de sus hijos, no observó lo perversos que eran sus corazones o se hizo el tonto delante sus pecados, pero necesitó ir más fondo aún, al momento de tomar la mayor decisión de su vida, al elegirlos como sacerdotes que lo reemplazaran, no consultó a Dios.

¿Cuáles son las consecuencias en tu vida que hoy vives, porque tomaste un decisión sin consultar la voluntad de Dios?
¿Realmente tus estudios son la voluntad de Dios?
¿Era la voluntad de Dios que tú dejaras ese trabajo?
¿Estas viviendo en lugar que Dios te quiere?

Pero solemos tomar las grandes decisiones de nuestra vida sin consultar a Dios y siendo sinceros, si le preguntamos a Dios su voluntad y él nos la dice:
¿Le obedecemos en todo?
¿Tomamos Su palabra y Su voz como única fuente, o escuchamos voces que no provienen de parte de Dios?
es más, ¿Le invitamos a ser parte de esta decisión y que entre con nosotros a donde él personalmente nos ha enviado?


Comparte este post, permite que otros se beneficien de la bendición de leerlo, quizás están buscando el Camino y esta sea la forma de encontrarlo a él. Pues #hechos29laobrainconclusa es una realidad.



En esta enseñanza hablaré acerca  de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:


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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.





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