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31 de julio de 2019

UN GRITO DE ANGUSTIA. I



UN GRITO DE ANGUSTIA. I

Quiero aprender a clamar, como un ciervo.




Orar, interceder y clamar, estás fueron las expresiones y el título con el cual comenzamos hacia varias semanas. En el día de hoy veremos el clamor, desde el punto de vista por así decirlo, de aquel grito que sale de tus entrañas buscando la justicia divina hacía los demás.

Analicemos pues,  que es el clamor según definicion.de :

Clamor es un término que procede del latín y que refiere al grito o la expresión que se pronuncia con vehemencia o vigor.
Un clamor es una voz lastimosa que refleja aflicción, congoja, angustia o desolación. El término suele utilizarse en referencia a pedidos o expresiones de las víctimas de hechos trágicos
La voz pública, formada por múltiples expresiones, también se menciona como clamor. En este caso, el clamor es la sumatoria de opiniones coincidentes de muchas personas. 

Veamos pues, un claro ejemplo de clamor en la Biblia:

“Por aquellos días, el rey Herodes hizo apresar a algunos miembros de la Iglesia con intención de torturarlos. Ordenó la ejecución de Santiago, el hermano de Juan. Al comprobar la satisfacción que con ello había causado a los judíos, se propuso encarcelar a Pedro en fecha que coincidió con las fiestas de Pascua. Una vez capturado, encomendó su custodia a cuatro piquetes, compuesto cada uno por cuatro soldados, con el propósito de juzgarlo públicamente después de la Pascua. Mientras Pedro permanecía bajo custodia en la cárcel, la Iglesia rogaba fervientemente a Dios por él. La noche anterior al día en que Herodes se proponía someterlo a juicio público, Pedro dormía entre dos soldados, atado con dos cadenas, mientras unos centinelas custodiaban la puerta de la cárcel. De repente apareció un ángel del Señor y un resplandor inundó la celda. El ángel tocó a Pedro en el costado, para despertarlo, y le dijo: —¡Rápido, levántate! Y al instante cayeron las cadenas de sus muñecas. El ángel volvió a hablarle: —Ajústate el cinturón y cálzate. Hecho esto, le dijo: —Ponte la capa y sígueme. Pedro fue tras él, sin saber con certeza si lo del ángel era o no real; a él le parecía todo un sueño. Pasaron el primer puesto de guardia, luego el segundo y, por fin, llegaron a la puerta de hierro que daba a la calle, la cual se abrió sola ante ellos. Ya en el exterior, caminaron un trecho y, sin más, el ángel desapareció de su lado. Pedro entonces volvió en sí y exclamó: —Ahora me doy cuenta de que el Señor ha enviado su ángel para librarme de las garras de Herodes y de la trama organizada contra mí por el pueblo judío. Después de orientarse, se encaminó hacia la casa de María, la madre de Juan, por sobrenombre Marcos, donde había muchas personas reunidas en oración. Llamó a la puerta principal; una joven sirviente llamada Rode se acercó a ver quién era y, al reconocer la voz de Pedro, se puso tan alegre que, en lugar de abrir la puerta, corrió al interior para avisar que Pedro estaba en el zaguán. —¡Estás loca! —le respondieron. Como ella insistía en que era cierto, comentaron: —Debe de ser su ángel. Mientras tanto, Pedro continuaba llamando. Cuando al fin abrieron y vieron que era él, quedaron atónitos. Él les hizo señas de que guardaran silencio y les refirió cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y concluyó diciendo: —Comuníquenselo a Santiago y a los otros hermanos. Seguidamente partió hacia otro lugar.”
HECHOS 12:1-17 BLPH


La palabra de Dios es muy exacta al mostrarnos cada uno de los ejemplos que ilustran nuestras vidas, para que logremos reflexionar en Su palabra y nos sea revelada según los criterios del reino de los Cielos y no según los criterios filosóficos o humanos, así pues, podemos hacer la conexión entre lo natural del hombre y lo sobre natural de Dios. 



Entonces, si hemos  aprendido que el clamor es una expresión con vehemencia y vigor,  incluyendo expresiones que reflejan aflicción, congoja, angustia y desolación, lo podemos extrapolar al texto anteriormente mencionado donde el Apóstol Pedro es prendido por parte de el rey Herodes para matarlo igual que hizo con Santiago, solamente para “agradar a la casta religiosa” de aquel entonces.

Inmediatamente, la Iglesia primitiva ve la terrible situación en la que se encuentran; toman cartas en el asunto, pues, este no es un hecho cualquiera,  ya han pasado y superado la prueba de  la gloriosa perdida del Maestro, que en un principio por falta de entendimiento los llevó incluso a la depresión, pero que fue superada al ver y comprobar la resurrección de Cristo. Él compartió con ellos durante 40 días después de su resurrección trayendo muchos milagros, y como dice la misma escritura, “no se pueden reflejar dentro de un solo libro”. Ahora, les toca ver y comprobar como Santiago (en algunas versiones es Jacobo), es encarcelado y muerto a espada para llevar al límite a la misma Iglesia, está misma es, nuevamente puesta a prueba una vez más, quizás para que, aprendieran a clamar, pero esta vez, por Pedro.


Ellos clamaban, osea, pegaban lo daban  gritos de angustia y dolor por lo que podría pasarle en la cárcel a Pedro, entendiendo que pasada las fiestas él moriría igual que Santiago.

Mientras Pedro permanecía bajo custodia en la cárcel, la Iglesia rogaba fervientemente a Dios por él. 

La Iglesia oraba fervientemente a Dios, pero actualmente esto se nos ha olvidado o muy poco se vive una oración así, con clamor.

Pensemos:
Sabiendo el infierno que se vive en nuestros hogares por diferentes asuntos como las drogas, el alcohol, la inmoralidad sexual, ¿Nunca clamamos a  Dios?
¿Cuántos de nosotros hemos clamado por la situación que está viviendo Venezuela, Siria y los otros países que están en conflicto de guerra o conflictos humanitarios?
¿Cuántas veces hemos alzado nuestros gritos de angustia y dolor que nacen desde nuestras entrañas por aquellos seres queridos que hoy no tiene y no quieren conocer a Cristo y que sí mañana mueren, se irán al infierno?
¿Cuántas veces hemos sacado oraciones desde el fondo de nuestro corazón por el hecho de nunca haber oído la voz audible de Dios?


Este tema continuará, no te pierdas las siguiente entrega.

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En esta enseñanza,  hablaré acerca  de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:



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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti



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