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17 de diciembre de 2019

¡ACEPTEMOS Y VIVAMOS EN SU PAZ!

¡ACEPTAMOS Y VIVAMOS EN SU PAZ!




Vivimos las consecuencias de lo que declaramos.









¿Podemos caminar confiadamente sabiendo que Dios nos ha bendecido y protege nuestro camino? ¿Podemos sentir la mirada de amor de nuestro Dios sobre nuestras vidas? Muchos de nosotros anhelamos tener las bendiciones que tuvieron héroes de la fe como David o Elías, pero ¿estamos dispuestos a vivir en persecución o angustia como lo vivieron ellos? ¿estamos dispuestos a pagar el precio de ver como los cuervos nos alimenten como lo hicieron con Elías? ¿O aceptaremos  qué los únicos que nos siguen son otros desvalidos o proscritos  como pasó con David?

“Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; Porque en ti ha confiado mi alma, Y en la sombra de tus alas me ampararé Hasta que pasen los quebrantos. Clamaré al Dios Altísimo, Al Dios que me favorece. Él enviará desde los cielos, y me salvará De la infamia del que me acosa; Selah Dios enviará su misericordia y su verdad.”
Salmos 57:1-3 RVR1960






Desearía que comprendiéramos mínimo dos puntos de esta fracción del Salmo: cuando David, se inspiró y lo dijo, acababa de ser desterrado por su suegro y estaba siendo perseguido por él para asesinarlo. David, nunca dudó que todo tenía un propósito divino y sabía que Dios lo sacaría de  este mal momento que estaba viviendo. Lo segundo es: cuando leamos un Salmo y entre las cuadrillas encontremos la palabra Selah, significa: relájate, has silencio y reflexiona la palabra que acabas de escuchar. Pero, solemos ser malagradecidos y lo peor que podemos llegar a hacer es maldecir el nombre de Dios. Selah.

Es por ello, que para terminar desearía que nos relajáramos, hagamos silencio y reflexionemos en la siguiente bendición que se impartía en el AT:

“Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.”
Números 6:24-27 RVR1960








Dejemos de maldecir nuestras  vidas,  no hablemos mal del Santo. Dios solo nos ha demostrado su amor. Dios en cada segundo lo único que hace es bendecirnos por amor a su propia fidelidad y nunca nos ha dado motivo para que lo maldigamos, como lo solemos hacer con nuestras inadecuadas expresiones, al quejarnos por aquello que estamos viviendo. Si necesitas más consejos, mis contactos están aquí:

¡ACEPTEMOS Y VIVAMOS EN SU PAZ!

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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.





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