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20 de octubre de 2020

DEVOCIONAL CRISTIANO - ENTREGAR, SIN NADA A CAMBIO

 

DEVOCIONAL CRISTIANO

ENTREGAR, SIN NADA A CAMBIO

 

 

 

 

 

Hay que dar, hasta que duela.

 

 

 

 


 

 

                                       HOY el mensaje que recibimos por todos lados es ¡Just do it! hazlo tú puedes, sin importar nada o quien tengamos que pisotear, no hay ninguna barrera que no podamos eliminar y desde luego, nadie puede detenernos ni ponernos límites en nuestra libertad. Pero este mensaje cojea, pues, deja de lado a Dios y los seres humanos que nos rodean. Este mensaje es una apología directa al egocentrismo y al sociocentrismo, mensaje contrario a los que Cristo deseó trasmitir y enseñar por medio de los Evangelios.

 

“Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle, y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?”

Marcos 14. 13-14 RV60

 


Definitivamente Dios tiene un humor muy raro o por lo menos difícil de explicar, sinceramente desconozco el asombro para el dueño de esta casa, cuando dos desconocidos, simplemente le dicen: “El Maestro quiere comer con sus discípulos aquí en tu casa esta noche”. Elucubrando un poco, ¿nos podemos imaginar la cara de espanto para estos tres implicados? ¿Cómo habrá sido de relevante esta anécdota que Pedro la enseñó con tanto ahincó que Marcos la trasmitió en su Evangelio? ¿Qué pasaría hoy en nuestras casas, si dos desconocidos nos dicen: “prepáralo todo que el Maestro viene a cenar con toda su gente?

 

“Y él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros allí. Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua”

Marcos 14. 15-16 RV60

 


Este hombre, no se conoce su nombre, no se negó en ningún momento a compartir su intimidad y toda la comodidad de su casa. Este personaje, entregó todo para que otros estuvieran cómodos, aun cuando él no estuviera invitado. Él permitió que una de las escenas más recordada de la cristiandad: “la cena del Señor”. Este desconocido, sacrificó sin saber la recompensa que recibiría, pero con la confianza que Dios, le devolvería con creces. Él dio, sin esperar nada a cambio, él pagó un alto precio, sin saberlo.

 

 

 

ENTREGAR, SIN NADA A CAMBIO

 

 

Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti. Recuerda adquirir el libro: “Cómo entender que el sacerdocio produce en mí, hombría”, a través de este enlace:

 

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Dios te bendiga y traiga siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.


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