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3 de agosto de 2019

NO SE NEGOCIAN LOS TÉRMINOS DE DIOS I

NO SE NEGOCIAN LOS TÉRMINOS DE DIOS I


Quiero vivir tomado de Su mano.

Quiero contar una historia que hemos leído, por lo menos en algún momento de nuestra vida nos han contado. Más bien, quiero revivirla para lograr si es posible, entender lo que pasa con nosotros y porque no nos funcionan las cosas en nuestras vidas como deberían de ser y como Dios las ha diseñado para que nosotros las vivamos, para que vivamos la plenitud de la bendición de Su presencia en nosotros.

“Éste es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.”
Génesis 5:1-2 RVR1960

El hombre en su afán de ser desobediente y no querer ser fiel a Dios, se corrompió y buscó primero sus deseos antes que complacer a Dios, teniendo que Dios tomar una decisión muy a su pesar.

“Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.”
Génesis 6:17-18 RVR1960


El Señor tuvo que reconvenir todo lo creado, y así comenzar de nuevo esperando que el corazón del Hombre por gratitud a él hiciera lo correcto delante de Sus ojos. Pero el corazón del ser humano, es malo por naturaleza y va a tratar siempre de hacer lo  incorrecto, aún sabiendo que Dios ha dado estatuto perpetuo y, a pesar de todo lo malos que lleguemos a hacer,  Dios extiende Su misericordia día tras día en nosotros, demostrando el conocimiento que nos enseña, de Su amor y Su paz, aun cuando neguemos entregar nuestro corazón de la manera que él nos ha manifestado.

Dios es fiel y no es hombre para mentir como dice su palabra.

“Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”
Números 23:19 RVR1960


Por lo tanto, Dios se volvió a acordar del hombre y del pacto que le hizo y halló el corazón de uno que lo buscaba y anhelaba de sincero y puro corazón.

“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.”
Génesis 12:1-2 RVR1960


Y es así,  Dios comienza un trato con Abraham para llevarlo al lugar de Su presencia, dependiendo absolutamente de todo lo que Dios le dictara, guiara, basándose únicamente en las palabras que Dios   le hablaba. Llego a tal punto la relación de Dios con Abraham, que Dios bajaba a tomar un asado con él en medio del desierto y se deleitaba con Abraham de tal manera que hizo realidad todas las promesas que él  mismo le prometió.


“Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera. Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.”
Génesis 17:1-8 RVR1960

“Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo. Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol, y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho. Entonces Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo. Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y éste se dio prisa a prepararlo. Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron.”
Génesis 18:1-8 RVR1960

En este preciso momento es bueno que podamos reflexionar, aquellos que decimos buscar el corazón de Dios:
¿Esté es el tipo de trato o relación que tenemos  con Dios?
¿Cuándo fue la ultima vez que hicimos una cena donde la gloriosa presencia de Dios se manifestó y comió junto con nosotros?
¿Acaso no hay mayor milagro que Dios mismo se llegue a materializar y estar en nuestra casa consumiendo unos alimentos que podamos ofrecerle, sin mencionar las excelencias  que nuestro padre Abraham le brindó?

Comparte este post, permite que otros se beneficien de la bendición de leerlo, quizás están buscando el Camino y esta sea la forma de encontrarlo a él. Pues #hechos29laobrainconclusa es una realidad.



En esta enseñanza,  hablaré acerca  de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:



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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti



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