9 de marzo de 2019

DECIR LA VERDAD OFENDE




DECIR LA VERDAD OFENDE












Me crié con la frase “decir la verdad no ofende” pero al ir creciendo y confrontando ciertos problemas comprobé que decir la verdad ofende.

En el sin número refranero existe otro que dice “no somos monedas de Oro para agradar a todo mundo”, Jesucristo fue una de esas monedas, al leer adecuadamente vemos que él no se refrenaba para decir la verdad a los Fariseos, Saduceos y los Escribas, pues estos grupos religiosos de su época eran los eruditos, expertos, interpretes y escritores de la Palabra de Dios, pero no vivían lo que hablaban y enseñaban, si no demostraban una falsa apariencia de piedad por eso quizás la rudas expresiones hacia ellos:

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas.
Mateo 23:27-31 RV60


En contraste, estudiemos como le dijo Jesucristo a la mujer encontrada en adulterio:

Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Juan 8: 10-11 RV60

Podemos y debemos decir siempre la verdad pero anteponiendo el amor, esto nos lo moldeó Jesucristo en sus enseñanzas de amor y aceptación hacía los perdidos.

Por decir la verdad aunque ofendiera a Jesucristo le costo el ser juzgado y condenado a muerte, tenía que suceder para nuestra salvación, pero llevado el caso  judicial estos fueron los hechos que le condenaron.

Recordemos esta declaración en la cual tú y yo fundamentamos nuestra fe, por la que Jesucristo estuvo delante del Sanedrín: 

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
Juan 14:6 RV60

Otro personaje bíblico que nos ensañó a decir siempre la verdad aunque ofenda fue el Profeta Juan el Bautista:

“Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre.Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento”
Mateo 3: 4, 7-8 RV60

Juan el Bautista era muy excéntrico y como diría el refrán “no tenía pelos en la boca” para decir la verdad, una vez más leemos que al grupo de los Fariseos y Saduceos exhorta con fuerte palabras a dar buenos frutos que demuestren su arrepentimiento. Aparentemente el ministerio público del Profeta fue tan solo de un año, pero con esto le basto para allanar el camino para el Salvador, y decir una tremenda verdad por la cual, literalmente perdió la cabeza:

“Porque Herodes había prendido a Juan, y le había encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; porque Juan le decía: No te es lícito tenerla. Y Herodes quería matarle, pero temía al pueblo; porque tenían a Juan por profeta. Y ordenó decapitar a Juan en la cárcel”.
Mateo 14: 3, 5, 10 RV60

El rey Herodes gobernó sobre la provincia Romana de Judea, pero arrastraba consigo una inmoralidad sexual tan severa que fue condenada abiertamente por el Profeta, pues su amante era su cuñada, despojando a su hermano de ella, por decir la verdad ofendió tanto que lo decapitaron.

Por último, me gusta la manera que tiene el Apóstol Pablo de reprender fuerte y categóricamente a quienes están desobedeciendo, murmurando, criticando y cometiendo actos inmorales rompiendo el orden de la iglesia y dando mal ejemplo en ella:

“Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros; ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne”.
2 de Corintios 10:1-2 RV60

“El tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”.
1 de Corintios 5:5 RV60

Parafraseando el primer versículo se diría algo así: la mansedumbre y templanza con la que escribo estoy dispuesto a perderla sí continúan murmurando diciendo que solo soy valiente por cartas, puedo ir a Corintio a demostrarlo. En el segundo se está viviendo un grave problema pues un tal Alejandro tiene por pareja a la mujer de su papá, al parecer una  segunda esposa, pero esto la iglesia en vez de reprender lo han aceptado, por eso el duro criterio apostólico. 

Me gusta mucho la manera de actuar y decir las verdades del Apóstol, el problema es que nos hemos vuelto como algodones de azúcar,  estamos inflados pero con nada nos derretimos, quizás nos han golpeado tanto y al ser tan intolerantes e irrespetuosos se han abierto brechas donde excusarnos para no decir la verdad, pues ofende.


Durante algún tiempo estuve en silencio, pero el hacer nada, produce nada. Una vez me activo para hacer van a surgir los problemas y diferencias con casi todas las personas que tengo a mí alrededor, encontrándome vetado en diferentes grupos sociales, redes sociales y grupos de amigos, pero esto es así porque he llegado a comprender que pasar desapercibido es más fácil y sencillo, pero no lograré hacer estela motivando a otros a seguir mis  sendas.


Debemos decir la verdad aunque ofenda y llamar las cosas por su nombre, pero con una regla básica, fundamental y primordial, anteponiendo el amor, pues al decir la verdad lo que deseamos es provocar la bendición de quien la escucha para que produzca frutos de arrepentimiento, sí no anteponemos el amor, lo único que provocamos es maldición por medio de las heridas, divisiones y vanas discusiones que se generan.

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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya está en ti

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