4 de marzo de 2019

LA FE ES: TRASPIRADA.

LA FE ES: TRASPIRADA







Martín Lutero fue el gran reformador de la  Iglesia, hace ya más de cinco siglos. Entre muchas cosas, acercó la Biblia a la multitud de gente al traducirla del Latín al Alemán. Expuso magistralmente noventa y cinco tesis que deseaba debatir acerca de lo que realmente decía la Biblia con respecto a lo que se practicaba en  aquel entonces (nada diferente de lo que se hace hoy día), además, enseñó afirmando y confirmando que la salvación era por fe y no por actos, ni por obras que la Iglesia tradicional enmarcaba en aquel momento. 

Pero una de las enseñanzas que me marcó de Martín Lutero fue: “MAÑANA TENGO LA INTENCIÓN DE TRABAJAR DESDE TEMPRANO HASTA TARDE. EN REALIDAD, TENGO TANTO QUE HACER QUE VOY A PASAR LAS TRES PRIMERAS HORAS EN ORACIÓN”.

No existe labor alguna que no me permita buscar de la presencia de  Dios todos los días, como ya he podido comentar, en ocasiones son tan solo cinco minutos y en otros momentos pueden ser hasta tres horas, por medio de oración, clamor y alabanzas.

POR PEQUEÑO Y DÉBIL QUE SEAS.
Yo he podido enseñar que el adversario te impulsa o te frena para que no llegues a estar en el tiempo de  Dios para tú vida. Después de la crisis financiera del dos mil ocho, entre en una época de buscar mucho de  Dios, tratando de salir adelante con un par de negocios que aún teníamos, sirviendo en la congregación y haciendo todo lo que podíamos para extender el Reino de los Cielos de la manera que lo entendíamos. El Pastor Daniel Chamorro un día nos enseñó: “LA FE ES: TRASPIRADA” y  nos impartió  una serie de enseñanzas donde él siendo  ejemplo,  nos ayudó a entender que del mismo modo que debemos   orar y buscar de  Dios, así mismo   debemos trabajar. Una descompensación por parte de cualquier  lados será contraproducente. Recomiendo leer su libro auto biográfico: “Por pequeño y débil que seas. Aunque la visión tarde por un tiempo, vendrá”, en donde conocerás todos los hechos que le han acontecido y como logró superarlos tanto por la búsqueda de  Dios como por su arduo trabajo personal, familiar y eclesiástico. 



Pastor Daniel Chamorro



Durante muchos años consideré que por la cantidad de oración que tuviera delante de  Dios, Él me respondería a todos mis clamores, incluso esperé que muchas de mis deudas simplemente se liquidarán por el tiempo invertido en la búsqueda de su Presencia, pero en realidad me había hecho un “dios a mi imagen y medida”, quizás yo mismo me había creído esa parte de la teoría de la prosperidad que por hacer buenas obras el bien me perseguiría y me daría bienestar económico, pero en realidad y con vergüenza digo que tuve al dios de los milagros, al genio de la lampara el cual solo esperaba que me respondiera por ser un “buen cristiano”.

El Apóstol Pablo fue  consiente de esta situación y nos dejó  estos versículos en los que nos podemos apoyar:

“Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor”
Colosenses 3:23-24 NVI


Así como trabajar nos da  una  recompensa de herencia, cada acto de fe que hacemos nos acerca a Dios, pues para él vivimos.

El otro versículo al que deseo referirme es cuando en cierta ocasión el Apóstol Pablo estuvo viviendo con una pareja de hacedores de carpas; sabiendo que compartían el mismo oficio, los tres trabajaban, tanto en la Iglesia como en la confección de carpas. No leemos que Pablo insinuara que por ser “tan espiritual” las cosas le caerían del cielo, él fue consiente que si no trabajaba no tendría derecho a comer, él se dedicó a la vida de oración y búsqueda de Dios, tanto como  a no ser “molesto” a sus hermanos:

“Recordarán, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas para proclamarles el evangelio de Dios, y cómo trabajamos día y noche para no serles una carga”
1 Tesalonicenses 2:9 NVI

“Encontró allí a un judío llamado Áquila, natural del Ponto, y a su esposa Priscila. Habían venido de Italia cuando el emperador Claudio ordenó salir de Roma a todos los judíos. Pablo entró en contacto con ellos y, como era de su mismo oficio, se alojó en su casa, y trabajaron asociados. Su oficio era fabricar tiendas de campaña. Todos los sábados, intervenía Pablo en la sinagoga e intentaba convencer tanto a judíos como a no judíos”
HECHOS 18:2-4 BHTI

Siendo sincero me gusta mucho la historia del pueblo de Israel en medio del desierto y saber que durante cuarenta años ellos fueron sostenidos con comida, agua y vestidos por parte de  Dios, pero esto pertenece a los precedentes de  Dios para que aprendamos a vivir y tener experiencia para superar las dificultades de la vida. Mejor dicho, hoy por hoy el Maná físico no llueve del cielo.

Por eso un estilo de vida de oración y búsqueda de Dios, tiene que ir acompañado por un estilo de vida donde la fe es traspirada.


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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya está en ti



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