31 de octubre de 2019

¡SOY VULNERABLE!

¡SOY VULNERABLE!





Nada tengo que ocultar, tengo mi corazón abierto.




Ya casi cumplimos un año de estar llevando a diario este devocional. Muchos temas han surgido en estos estudios. He podido llevar a muchas personas, en más de 25 países libros completos aun sin editar, ni publicar de mi autoría. Sé que de aquellas 100 personas iniciales, pocos quedan. Los cientos que hay ahora, que siguen y leen este devocional, lo hacen desde algunos meses. Sin embargo, lo que hace único y diferente estos estudios es entre otros devocionales es: mi sinceridad  (hablo temas, que sé, no se atreverían  a decir desde un púlpito muchos predicadores), la necesidad de demostrar mí resiliencia dada por las experiencias con el Espíritu Santo (mis testimonios) y desde luego mí vulnerabilidad.

Y este esta capacidad de ser vulnerable, no está al alcance de las personas. Nos han enseñado a esconder nuestros sentimientos y muchas veces a ocultarlos. Considerando así, este modo de actuar es bueno, incluso falsamente sano para la vida. Un ejemplo,  los príncipes tienen prohibido expresar sentimientos públicamente hacia algún ser humano. Cuando la Princesa de Gales  murió, sus hijos no lloraron públicamente la muerte de ella. Y salvo en el momento de la boda, ellos en actos oficiales, no pueden tomar, ni besar a sus mujeres…etc. Realmente una completa estupidez.





Ser vulnerable es, tener la capacidad de confesar, ser sinceros, abrir el corazón, quebrantarme con sinceridad, sabiendo que no voy a ser juzgado, ni menospreciado, mucho menos denigrado o adulado, sino que recibiré un sincero y verdadero apoyo de amor, verdad y justicia.

La vulnerabilidad, es un camino de doble vía. En ese doble carril, tú,  te presentas delante de nuestro Dios y desde luego delante de los hombres. No existen en ningún momento intersecciones, ni atajos. Tampoco hay en ellos desviaciones. Es un camino recto a recorrer. Por otra parte, tanto Dios como los hombres, deberán de ser vulnerables contigo. No pongo en duda, nunca, la vulnerabilidad de parte de nuestro Dios. Pero del ser humano, si. Es por ello, que debemos aprender con quiénes puedo ser vulnerable. Yo por ejemplo, lo puedes comprobar, siempre que necesito abrir mi corazón en este devocional, siempre antepongo la frase: “hasta cierto punto seré vulnerable”, pues desconozco quién y con qué intención van a tomar esa información que entrego, sincera e inocentemente. En estudios anteriores, como en “relaciones y significativas” y “unas buenas y sanas relaciones”, comencé a abordar este tema. Puedes leerlo y reflexionar en ellos en:



El profeta David, fue reconocido por Dios como “un hombre conforme a su corazón”, cuando analizo las escrituras encuentro que posiblemente fueron 2 los motivos para recibir este título y fueron: unificó los reinos, devolviendo la dignidad al pueblo de Israel y el otro fue su alta capacidad de ser vulnerable, delante de nuestro Dios y de los hombres:

“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio. Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.”
Salmos 51:1-4, 16-17 RVR1960



“Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.”
Salmos 32:3-5 RVR1960


Cuando decido abrir mi corazón delante de nuestro Dios, estoy buscando exponer mis actitudes y emociones, en el lugar perfecto, delante de la presencia de nuestro Dios. Porque él nos da paz, gozo, descanso y sobre todo una estrategia a seguir, para salir de las situaciones en las que nos encontremos.







David, fue vulnerable delante de los hombres, cuando el Profeta Nathan le reprendió por el adulterio y asesinato anteriormente cometido, David sabía que el padecimiento de su hijo, fue por su transgresión. Él lucho con uñas y dientes, en oración, clamor y ayuno delante de nuestro Dios y de los hombres (puedes leerlo en 2 de Samuel 12:16-25). 

Atrévete a ser vulnerable delante de nuestro Dios y de aquellas personas dignas de tú confianza como tu pareja, pastor, consejero, etc.


A propósito, bajo mi necesidad de servir a las iglesias, me gustaría contactar personalmente contigo y la comunidad cristiana  que a diario leen este devocional, visitarlos, tomarnos un café y trabajar con Ustedes, seguiré enviando este mensaje para obtener respuesta vuestra. Tienen todos mis contactos en la parte inferior de este mismo.






Comparte este post, permite que otros se beneficien de la bendición de leerlo, quizás están buscando el Camino y esta sea la forma de encontrarlo a él. Pues #hechos29laobrainconclusa es una realidad.


En esta enseñanza,  hablaré acerca  de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:

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30 de octubre de 2019

¿CUÁLES SON MIS EXPECTATIVAS?

¿CUÁLES SON MIS EXPECTATIVAS?




Todos  los límites, están para ser superados.








En estos días, pude leer un post que decía algo así: “aún en medio de la dificultad, siempre tengo la opción de decidir”. Cuando comenzamos a caminar con Cristo, queremos dar todo para la extensión del Reino. Dependiendo de nuestra edad, superaremos las dificultades con más o menos facilidad o todo lo contrario, nos costará más ver la estrategia a seguir, para salir triunfante.  No existe una clave para decir: por su inmadurez no lo ve; o gracias a sus canas, lo hizo bien.  Así que, debemos comprender las dificultades, las pruebas, están allí, para que conozcamos el camino a recorrer y así poder llegar a la meta deseamos.

En medio de este caminar, en medio de estas luchas, pruebas o dificultades, se van a poner delante de nuestras narices, personas que literalmente están peor que nosotros.  Lo digo en el amplio espectro de la palabra, siendo consciente que muchas de ellas, no conocen a Dios, nadie les ha hablado de Cristo, por lo tanto desconocen la obra sanadora y redentora celestial. Y aquí, es donde viene bien la pregunta: ¿qué vas a hacer por solucionar el problema a otro cuando tú estas considerando que estás peor que él? ¿Te va a limitar tus limitantes? ¿Tus dificultades van a hacer el obstáculo para bendecir a otro?








En medio de esa crisis financiera que anteriormente mencione, recuerdo una ocasión en la que hice una sopa que le llamé: “la sopa de lo que queda”…porque después de ello, no había nada más para comer; la idea era tomar, las pocas cosas que quedaran en la alacena y con ellas hacer un caldo. Pasta, con un poco de guisantes (arvejas), algunas cebollas, cubos de sabor, alguna lata de berberechos y mejillones… Yam…Yam… A disfrutar, que mañana será otro día. Pero ese Sábado, cuando nos disponíamos a hacer la mesa, sonó el timbre de casa, al descolgar el interfono, estaba mi amigo Javi al otro lado. Ani y yo nos miramos, encogimos los brazos y nos dispusimos a compartir lo poco que teníamos, con un buen amigo. Él estaba tratando de superar su reciente separación, dejando una hermosa nena junto con su mamá. Pero él seguía aferrado a la fe de Cristo. En esa mañana, Dios en medio de sus oraciones y devocional, le colocó un inquietud. Cuando abrimos el portal del edificio, él volvió a marcar y me pidió que bajara. Cuando lo hice me explicó: “Dios me colocó en mi corazón ir a hacerte una compra, pero desconozco tus gustos y necesidades, ven que vamos a ir al supermercado”.

“Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.”
Hechos 3:3-8 RVR1960


No tengo ni oro, ni plata, lo que tengo te doy. Realmente, dudo que un hombre de negocios como el Apóstol Pedro, estuviera en blanca. Él fue capaz de sacar, gracias a Dios, oro de un pez para pagar los impuestos, cuando la bolsa estaba repleta, ¿por qué ahora, no tendría? Porque Pedro, tuvo la capacidad de entender cual era realmente la necesidad de aquel ser humano. Él entendió que era más importante, devolver la dignidad y hacer  justicia social (como los profetas del AT) al mendigo, que solo podía pedir limosnas para sobrevivir. 

Javi, pudo simplemente llevarme una compra, esto sería más que suficiente, escuchó la voz de nuestro Dios y obedeció. Pero Javi, no se quedó con ello, buscó devolverme dignidad y dar sentido aquella ofrenda. Él sembró una hermosa amistad con mi familia, la cual la llevó también con su familia.

Las personas, todos los seres humanos necesitamos a Cristo, su amor,  misericordia, gracia, verdad. Tanto es así, que por ello lo buscan en todas las religiones y creencias, sin entender que es más fácil llegar a él, que toda la parafernalia religiosa que siguen. Pero si nosotros, los que ya le conocemos y tratamos con él, no estamos dispuestos a dejarnos ser utilizados por él, ser esos vasos de comunicación que Dios busca, la humanidad nunca entenderá el reino de Dios y su justicia.

Por eso debes  entender cuales son tus expectativas e ir por encima de ellas. Tus expectativas te limitan, pero cuando pones tus ojos en Cristo, estás aumentan y son superadas. Es fácil dar una moneda, pero devolver la dignidad y hacer sentir a los seres humanos como hijos del Dios Altísimo, eso, es lo difícil. Esta es la barrera a superar.

No esperes superar esta barrera con fórmulas mágicas, son horas de búsqueda dentro del corazón de nuestro Dios, las que te llevarán a superarlas. Pero tranquilo o quédate quieta, si decides no hacerlo, igualmente, vas a ser salva.  Esto es para que vivas mejor. Esto es para que aprendas a superarte. Para que desarrolles tu hombría (recuerda que no tiene que ver con un género sexual, sino por cumplir tus propósitos), ya que si no lo haces tú, simplemente, Dios utilizará a quien realmente este dispuesto.

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29 de octubre de 2019

¡VIVIENDO LA RESTAURACIÓN!

¡VIVIENDO LA RESTAURACIÓN!




Levantar al caído, es levantarme a mí  mismo.









En muchas ocasiones, haremos buenas obras, llenas de pasión y sin saber, estaremos restaurando una vida, una familia, por último a toda una sociedad. 

Desearía dar un testimonio concreto, pero solo puedo decir que es una presunción. Durante un tiempo, junto con unos hermanos de Liverpool, salíamos a repartir sandwich y refrescos a las personas en condición de calle, en Inglés Homelees. Y nos marcó mucho, una joven desesperada la cual recibió la comida, la fraternidad y las oraciones que nosotros hicimos a favor de ella, clamando al Padre Celestial, para que esta mujer, pudiera restaurarse y recuperar su confianza, tuviera paz para volver los ojos a Jesucristo y salir de esa situación de drogadicción que la tenía deambulando por las calles de la ciudad. Pero, nunca más la volvíamos a ver. Recuerdo que contacté con la ONG “Fundación Remar” de Inglaterra y ellos estaban dispuestos a ayudar. Fuimos 3 semanas seguidas a buscarla, por los lugares que ella frecuentaba, pero insisto, nunca más volvimos a ver.

Quizás tú dirás, ella se fue a pedir a otra ciudad; si ¿por qué no?
Podrás pensar: ella murió, ¡estaba tan intoxicada!; realmente espero que no sea así. Pero yo, deseo y prefiero pensar: “esa oración de fe que tuvimos en ella, le permitió ser restaurada y le devolvió la dignidad de ser llamada: hija de nuestro Dios, para Su gloria”. 
“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.”
Gálatas 6:1-3 RVR1960

La falta de empatía y simpatía hacía el ser humano, es lo que nos aleja de servir a los demás adecuadamente. Levantar al caído, debe ser una constante en nuestro estilo de vida. Anteponiendo el amor, y no el juicio. Al fin y al cabo, Jesucristo vino a: 

“El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.”
S. Lucas 4:18-19 RVR1960






Ayer, en la noche, tuve una agradable charla con un amigo en Holanda, hablábamos de la demostración tan tangible de Jesucristo hacía las personas perdidas, siempre la acción y respuesta por parte de él, fue dar sanidad, restauración y devolver la dignidad humana con un simple: “ni yo mismo te condeno, vete y no peques más”…¡ahhh! Nosotros, como iglesia no estamos preparados para recibir a las almas heridas de la humanidad que piden a gritos “ayudadme”. Conforme vemos cruzar las puertas de la congregación a una mujer que ejerce la prostitución, a través de ser una mujer de compañía (pre-pago) ¡inmediatamente la tachamos! Mientras el pastor ve a escondidas pornografía online. ¿Acaso existe alguna diferencia entre estos 2 pecados?. Ni hablar de las personas que han decidido llevar una vida contraria a su naturaleza, por medio de la homosexualidad; ni siquiera se pueden acercar a la iglesia, porque “supuestamente son hijos del adversario”, pero por favor: ¿cómo van a reconocer y conocer el amor de Cristo, si les tiramos la puerta de la Iglesia en sus narices? ¿Acaso no alcanzamos a ver que somos nosotros los que les danos más alas con nuestras acciones para que  se alejen de Cristo? Mientras tanto, los jóvenes que dirigen la alabanza, la noche anterior sin ninguna consideración han engañado a sus principios, teniendo relaciones sexuales con sus novias o novios, manchando la santidad que deberían de cultivar y tener. ¿Acaso hay alguna diferencia en tener relaciones sexuales fuera del matrimonio y ser homosexual? ¡No! Ambos son pecados (errores de índole sexual).

Saben, daré una vez más mi opinión, Jesucristo hoy diría a este grupo de 4 personas (prostituta - pastor adultero - homosexual - líderes con lascivias e inmoralidad): “vete y no peques más”. Jesucristo restauraría sus vidas. Jesucristo los amaría. Jesucristo les recordaría que ya fueron justificados en la Cruz del Calvario, a través de Su sangre derramada. Solo esperaría su arrepentimiento por el amor que nosotros les demostremos.

Viviendo es un gerundio, que si no me equivoco (puede ser que si), evoca a una acción continua, mientras se es o se está. Jesucristo vivió en un gerundio constante. Nosotros, como seguidores suyos, debemos de vivir también en un gerundio constante.      

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28 de octubre de 2019

¡VIVIENDO LA HONRA!

 ¡VIVIENDO LA HONRA!




Dar el justo pago, hace parte de la honra.







Crecí en el seno de una hermosa familia tradicional, y a su manera, Bernardo y Fanny, hicieron lo mejor que ellos pudieron. Resolvieron sus dificultades económicas de acuerdo a sus propias estrategias. Ellos consideraban que el mejor legado que podían heredarme, era la educación. Su enorme y mejor recurso, hacer que conociera a Dios y él fuera la base fundamental de mi vida, tanto como lo es para ellos. Se esforzaron en enseñarme modales, incluso etiquetas o protocolos delante de familiares y amigos, en la mesa o antes de ir a la cama. No digo que lo hicieran perfectamente. No digo que no hubiera cosas por entrar a corregir. Simplemente digo, lo hicieron muy bien, a pesar de sus propias circunstancias, pues ellos también heredaron esas costumbres de mis abuelos. Por lo tanto, supongo que mis abuelos las recibieron de sus papás. Mis bisabuelos, lo habrán tomado de sus papás…y así un largo etc.

Conocí a Cristo, con unos 13 años, pero entender realmente lo que era tener una relación intima y personal con Jesucristo, no fue hasta los 31 aproximadamente. Lo hice porque hubo un ser humano, un pastor que movido a misericordia por parte de nuestro Dios, decidió invertir su tiempo y esfuerzo en mí, Daniel Barabaschi. Este buen hombre de Dios, muchas veces me dio bofetadas espirituales y emocionales, pero me ayudó con mi carácter débil y melodramático. En muchas ocasiones, me secó las lagrimas y los mocos, después de tener que soportar muchas pataletas de niño malcriado por parte mía, me ayudó a terminar de madurar. Con voz enérgica y con mucha autoridad, Daniel me confrontó para que supiera el valor que significaba el matrimonio y desde luego el valor que es tener a Ani del Río a mi lado. Daniel me acercó al ministerio, me confrontó, me enseñó, me ministró, me instruyó, es más, que hoy este escribiendo y transmitiendo este devocional, es por las horas de esfuerzo, dedicación, oración y luchas que él enfrentó por mí y sé que lo sigue haciendo.

“Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.”
Romanos 13:7 RVR1960

El Apóstol Pablo, tenía este mensaje muy claro, cuando se lo escribió a la Iglesia de Roma. Él fue una persona que supo dar honra a sus superiores, tanto como supo recibir humildemente la honra que le daban. Cuando sabes leer sus cartas, encontrarás muchos pasajes que dicen: “saluda a los hermanos XXX que en su casa nos atendieron”. “Salúdame a XXX mis compañeros de prisiones”. “Recuerda que XXX y XXX hicieron esto por nosotros cuando…”. No hay nada de malo honrar al ser humano. Honrar no es Idolatría, honrar significa tener por alguien una gran estima, considerarlo a alguien de manera,  “muy apreciado, con un gran valor”.






No puedo anunciar la lista de personas que desearía honrar, siendo consiente que me dejo los miles de testimonio con Ani y con cada uno de mis hijos. Por eso siendo prudente y con el deseo de no herir a quienes debería de honrar, puse como ejemplo de honra escrita la vida de mis papás  (Bernardo y Fanny) y de mis papás espirituales (Daniel y Ruth Barabaschi, desde luego que Ruth siempre ha estado a mi lado para apoyarme y me ha tratado de una manera tan especial como una buena mamá puede llegar a hacer), por eso una vez más confieso públicamente mi amor y respecto por ellos. Recuerdo las horas de dedicación que tuvieron así mí, por lo tanto hacía mí familia. Los bendigo con toda posible bendición física y espiritual, tanto a Bernardo y Fanny, como a Daniel y a Ruth. Deseando que la gracia, misericordia, amor, prosperidad y salud que proviene de lo alto, sea siempre sobre vosotros. Los amo.

Y de esto se trata dar honra, este es el mejor ejemplo y testimonio que puedo enseñar hoy. Pero la honra no solo se trata de palabras, comprometen también las acciones. Como cuando en verano estuvieron mis papás en casa, para ellos desde que pasaron la puerta de mí casa, fue como si ellos entraran en la suya. Así como cuando voy de vacaciones a España y deseo quedar y comer con Daniel y Ruth…(lástima, la última vez fue tan corta mí estancia, lamento no haber podido quedar con ellos). Es darles un presente. Es llamarlos en sus cumpleaños, estar pendientes en su momento de enfermedad o de malestar. Es orar constantemente por ellos. Es abrazarlos…es amarlos. Es ser vulnerable delante de ellos, sin importar demostrar mí debilidad o tratar de encubrir aquello que me afecta. Ya que una buena muestra de humildad y madurez, es dar la honra a aquel quien la merece.

Aprovecha, en este momento ve a dar la honra a quien la merece, tú pareja y tus hijos por ejemplo. A tus papás. Desde luego a tus pastores, mentores o líderes espirituales. Escríbeles, llámales, ve a tomarte un café con ellos. Hazles saber lo importante que son ellos para ti.

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27 de octubre de 2019

¡VIVIENDO LA DIGNIDAD!

¡VIVIENDO LA DIGNIDAD!




Levantaré a otros, tanto como yo fui levantado.






Creo que fue el 20 de Octubre del 2007, cuando comenzó mi crisis económica, en relación con la crisis mundial desatada por el “boom inmobiliario”. Mi economía estaba sustentada en Dios, como es lógico pensar, así que los recursos llegaban por medio de una sociedad inmobiliaria que regentaba junto con mi hermana y nuestras parejas. En cuestión de menos de 6 meses todas las reservas financieras que teníamos, las habíamos fundido. También dejé la ciudad donde estábamos residiendo para continuar un nuevo proyecto empresarial, del cual no obtuve ningún resultado positivo, y así, poco a poco, nos vimos en la penosa necesidad de no tener nada. Las reuniones de la Iglesia, eran los Martes, Jueves y Domingos; recuerdo como para  un jueves, no teníamos absolutamente nada, ni en la nevera, ni en la alacena, mis hijos después de llegar del colegio, me pidieron merienda y sin tener nada, les dije que fuéramos a los huertos, aunque fuera a comer naranjas. Sabía que nada tendríamos para cenar, mucho menos para el día siguiente. Con valentía, (reconociendo la difícil situación en la que estábamos) aquella noche asistimos a la reunión de Barcas, al terminar, se le acerca a Ani una hermana de la congregación, con cierta discreción y vergüenza por las palabras a comentar le dijo: “Ani, sabes que yo trabajo en la panadería XXXX, allí ha sobrado este resto de comida, ¿no sabes a quién se la puedo ofrecer?”. Ahora, te puedes imaginar las lagrimas nuestras, al ver la respuesta milagrosa pero dignificante por parte de nuestro Dios, la hacer realidad: “ninguno de mis hijos mendigará pan”, ¡con  nuestras vidas!

“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.”
S. Mateo 25:35-40 RVR1960

Podría gastarme hojas enteras narrando, un testimonio tras otro, demostrando el poder extraordinario de Dios hacia mí y toda mi familia, devolviéndome la dignidad, viviendo dignamente. Solo deseo contarte un par de ellos. Por aquel entonces, clamé por una estrategia para comenzar a salir a flote, compré una empresa de castillos hinchables, dando mi auto más nuevo como parte de pago, (Renault Scenic, la mandé hacer a mi gusto, tardaron 3 meses en entregármela) y quedé con una nota de pago de 500 euros mensuales a 6 meses. Nunca faltó con que poder pagar. Esta empresa también tuve que cerrarla, por las exigencias normativas legales. Duró casi 5 años, aportándonos finanzas suficientes, para hacer frente a muchas obligaciones adquiridas y vivir. El 2 testimonio que deseo compartir, es muy parecido con el cual inicié este devocional, recuerdo que no estábamos mal económicamente, cuando una hermana de una familia muy querida para nosotros, nos invitó a cenar un viernes, en aquella cena, ella nos comentó acerca de su vida familiar. Su esposo, ya fallecido, por aquel entonces camionero, le habían diagnosticado un terrible cáncer. Resulta que él debía de volver a casa, para comenzar el tratamiento necesario. Por otra parte, ella tenía un congelador completamente lleno de suculentas comidas, reservadas para que su esposo cuando llegara, rellenará el congelador de su camión, pero si él tendría que quedarse en casa, esa comida no se aprovecharía, con lo cual nos la ofreció…¡estuvimos abastecidos de tremendas comidas por casi dos semanas! Yo no sé como tú lo asumas, para mí, fue una manera más, por parte de nuestro Dios,  permitirme seguir viviendo en dignidad.

He podido seguir este legado, cuando salgo a la calle a repartir sandwich a los Homelees o personas en situación de calle. Cuando he podido estar de voluntario en el Streetwise cocinando para cerca de 80 personas. Cuando salgo con mi familia conocer una ciudad y veo la desesperación famélica en un ser humano y ofrecerle unos plátanos que llevo en mi bolsa. Aún está en mi mente los ojos alegres de aquel hombre con frío, tirado en la calle y darle mi café latte, compartiéndolo con él. Porque a la verdad, no busco la señalización del por qué está en esa situación, solo pretendo demostrar el amor que Dios, ya ha manifestado por mí.

Jesucristo no nos manda a ser jueces, mucho menos a buscar la justificación del ser humano. No nos mandó a criticar a absolutamente a nadie. Él quiere que lo hagamos libremente aunque sea un mandato. Jesucristo nos mandó a servir, amar, dar, satisfacer, proteger, socorrer, visitar, alimentar, cubrir. Todas estas palabras están en ¡imperativo!, no es una sugerencia, es nuestra obligación.  Es una paradoja o un oximoron de Su reino, tenemos la obligación de servir, libremente. 


Restaurar a las personas, no es una tarea fácil. Llegarán en las condiciones más difíciles a los píes de Cristo, como cuando volvió el hijo prodigo…¿sabes a lo que huele una granja de cerdos? Así olía este hijo. Así vendrá las personas mal olientes y sucias, pero tú solo tienes que demostrar el amor de nuestro Dios, siendo el ponente comunicador hacía la gracia divina.








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