4 de noviembre de 2019

¡UNA BUENA COSECHA!

¡UNA BUENA COSECHA!




Mí exterior, siempre reflejará mí interior.








Estoy aprendiendo el idioma Griego. A la vez, estoy pretendiendo aprender el Inglés.  Para aquellos que han leído mi testimonio de llamamiento y viaje a Inglaterra, recordarán que mencioné en este estudio, que mi deseo es aprender suficientes idiomas para así mismo poder servir a las naciones. Pero resulta que cada vez que comenzaba una nueva lección de Griego o Inglés, me decía: “soy muy malo, no sirvo para esto, para que me metí a estudiar estos idiomas”, sin ser consciente qué, con ello, con estas mismas palabras, me hundía en la desesperación. Aquellas palabras que me decía, en vez de bendecirme, me maldecían.

Si deseas leer el testimonio del llamamiento, pincha en el siguiente enlace:


“Lo que ustedes enseñan es tan malo como el veneno de una serpiente. ¡Claro! ¿Cómo van a decir cosas buenas, si ustedes son malos? Porque si alguien es bueno, siempre dice cosas buenas, y si es malo, siempre dice cosas malas.”
Mateo 12:34-35 TLA

“No digan malas palabras. Al contrario, digan siempre cosas buenas, que ayuden a los demás a crecer espiritualmente, pues eso es muy necesario.”
Efesios 4:29 TLA

Estos 2 versículos están altamente relacionados, comprendo que es la parte en que Pablo está trabajando con lo dicho por Jesucristo. Como cristianos, se nos olvida o simplemente omitimos el poder de las palabras que pronunciamos.  ¿Recuerdas cuál fue el motor que impulsó la creación? ¡Su voz, Sus palabras! ¿En que parte del Génesis dice Dios tomó con sus manos, algún elemento  para hacer las galaxias? ¡En ninguna parte! Dios solo tomó barro para hacer al hombre. Sí, nosotros estamos hechos a su imagen y semejanza, compartiendo muchos de sus atributos, ¿por qué se nos olvidan el poder de las palabras?





Dentro de nuestra práctica religiosa, nos hemos hecho una coraza de aceptar el poder de las palabras, porque otras creencias como la Nueva Era, la Física Cuántica, y casi todas las filosofías orientales, hacen un demarcado uso del poder de las palabras, pero esto no es de ellos, en realidad todo lo creó Dios, nosotros, como hijos de nuestro Dios, debemos entender esto.

A nivel  coaching,  veremos a los gurus hablando de la necesidad de expresarnos, siempre en positivo. Los grandes jefes de RRHH dicen que existe “un sueldo gratificante o emocional”, aludiendo a buenas palabras tanto de la empresa, departamento, jefes de departamentos y desde luego de los empleados, como incentivo intrínseco motivador, alentador y edificante para el crecimiento corporativo. ¿Cuánto más nosotros debemos hacerlo, sabiendo que las buenas palabras edifican, bendicen, alientan, alimentan, transforman vidas?

Hay un experimento en YouTube, donde en un vaso transparente siembran unas semillas de arroz y ponen una etiqueta con las palabras: sana, hermosa y abundante. Existe otro vaso, con otras semillas de arroz, pero este su etiqueta dice: feo, enfermo, improductivo. Ambos, diariamente son regados y se les repite las mismas palabras. El resultado final es: las primeras semillas, crecen como dice su etiqueta sana, hermosa, abundante. Por otra parte, las otras semillas, se llenan de hongos y nunca se desarrollan. Si esto sucedió a unas simples semillas de arroz ¿tus palabras hirientes y dolientes hacia tus seres queridos, qué no le harán? ¿Cuáles serán los resultados de estar elogiando siempre a cada uno de los miembros de tú familia, tus amigos, empleados, etc…?

Por lo tanto, tenemos que ser prudentes y cautelosos con todo aquello que está en nuestro corazón. Debemos tener muchísimo cuidado con aquellas palabras que decimos a los demás. Maldecir, no están solo decir tacos o palabrotas…Maldecir es decir malas cosas hacia los demás. Hablemos siempre palabras que edifiquen, llenen de gracia a los demás, llevándoles al beneficio divino, dispuesto para cada uno de nosotros.

A propósito, bajo mi necesidad de servir a las iglesias, me gustaría contactar personalmente contigo y la comunidad cristiana  que a diario leen este devocional, visitarlos, tomarnos un café y trabajar con Ustedes, seguiré enviando este mensaje para obtener respuesta vuestra. Tienen todos mis contactos en la parte inferior de este mismo.

Comparte este post, permite que otros se beneficien de la bendición de leerlo, quizás están buscando el Camino y esta sea la forma de encontrarlo a él. Pues #hechos29laobrainconclusa es una realidad.


En esta enseñanza,  hablaré acerca  de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:

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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti





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