7 de abril de 2019

LA FE EN DIOS QUINTA ENTREGA.





Durante la semana estaré trayendo un estudio completo llamado la "LA FE EN DIOS", deseo que sea de bendición para tu vida y que puedas compartirlo a otros y que sean de bendición.




LA FE EN DIOS QUINTA ENTREGA.










Ya es momento de ir dejando de lado este capítulo pero no sin antes volver a uno de mis mayores ejemplos de tener fe en Dios, una vez más estoy hablando del Apóstol Pedro, en otros estudio le he   tomado como imprudente y osado, pero ahora deseo recalcar su faceta más importante, la  fe que tenía puesta en Dios y como lo llevo a vivir ciertas circunstancias y situaciones dentro de su vida, lo cual le llevarían a estar en un escalón de la fe como pocos vivieron, como mínimo este detalle, después de Jesucristo es el único ser humano que ha caminado sobre las aguas, Moisés y Josué abrieron las aguas para caminar en seco, el Profeta Elíseo abrió también el Rio Jordán para pasar en seco como lo hizo su Maestro el Profeta Elías pero Pedro igual que Jesucristo camino sobre las aguas.

Veamos pues te pasaje:

“Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús. Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces. Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar. Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan. Jesús les dijo: Traed de los peces que acabáis de pescar. Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió. Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el Señor. Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado. Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.”
S.Juan 21:4-7, 9-13, 15-19 RVR1960


Esta historia nos recuerda muchas cosas dentro de la vida de Pedro, historias que como tú y yo solemos vivir, pero no observamos  cuando  nos suelen suceder a lo largo de nuestras vidas, quizás nos hace falta ese ojo auto critico que nos llevaría a niveles insospechados y no permitirían que la culpa y la duda nos alejaran de nuestro Señor.

Pedro fue llamado a ser Pescador de Nombres: “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.”
S. Mateo 4:18-19 RVR1960 

Durante los tres años de ministerio de Jesús, Pedro tuvo fe en Dios para seguirlo y vivir con Jesucristo esos mil noventa y cinco días, probablemente las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, Pedro deposito toda su fe en el Hijo de Dios y creyó en todas sus promesas aunque no las entendiera. Pero después de la muerte del Maestro, incluso de ver todos los milagros que el Señor hizo después de su resurrección, aquí esta Pedro otra vez en su oficio original del cual el Maestro lo llamó diciéndole “Sígueme”, momentáneamente dejo de mirar al maestro, “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” Hebreos 12:2 RVR1960, llevándolo a regresar a su oficio de pescador, durante los tres años de relatos bíblicos, el Apóstol Pedro vuelve a la pesca solo cuando el Maestro se lo pide: “Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti.” S. Mateo 17:27 RVR1960, por eso me atrevo a decir que no volvió a pescar sino que vivió para el servicio de la obra y de la fe en Dios. Entonces realmente quiero entrar a recalcar lo humano que fue Pedro y que su fe en Dios incansable lo llevó  a vivir en su limite. 

Lo que también nos enseña la primera  historia  es la confirmación de Perdón por parte del Señor en nuestras equivocaciones y como a pesar de todo Dios es Fiel a su Palabra y sabe muy bien cuál es su sueño y propósito en nuestras vidas. Dios desea de nosotros un genuino y verdadero arrepentimiento nuestro, por lo tanto para poder entender y seguir con el relato tenemos que remontarlos a:

“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. Él le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte. Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces. Y prendiéndole, le llevaron, y le condujeron a casa del sumo sacerdote. Y Pedro le seguía de lejos. Y habiendo ellos encendido fuego en medio del patio, se sentaron alrededor; y Pedro se sentó también entre ellos. Pero una criada, al verle sentado al fuego, se fijó en él, y dijo: También éste estaba con él. Pero él lo negó, diciendo: Mujer, no lo conozco. Un poco después, viéndole otro, dijo: Tú también eres de ellos. Y Pedro dijo: Hombre, no lo soy. Como una hora después, otro afirmaba, diciendo: Verdaderamente también éste estaba con él, porque es galileo. Y Pedro dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y en seguida, mientras él todavía hablaba, el gallo cantó. Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.”
S. Lucas 22:31-34, 54-62 RVR1960

Además tenemos que añadirle:

“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.”
1 Corintios 10:13 RVR1960


Esta última palabra escrita por el Apóstol Pablo es un fiel reflejo de lo que vivió el Apóstol Pedro pero que muy seguramente Pablo le tocó vivir.

Junto a la Prueba también Dios nos da la Salida  porque no nos da pruebas que no podamos resistir

Reflexionemos solo por un momento: ¿Por qué la prueba no fue dada al Apóstol Andrés su hermano, Jacobo, Juan, Felipe o a Bartolomé, Mateo, Tomás quizás a Jacobo,  sino que fue pedida y presentada a Pedro?


En este estudio, la quinta entrega  hablaremos acerca de la fe en  Dios para nuestra vida, como actuar y entender la vida que él desea para nosotros,  sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en la web y lee otros estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:

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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya está en ti

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