UN DESVÍO
Él que no sabe a donde va, cualquier bus le sirve.
A. Selma.
TODOS los caminos conducen a Roma, el problema surge
cuando en realidad quieres ir a otra ciudad, podrás tomar las sendas que tengan
en común, en algún momento te podrás desviar a una pequeña población, pero
nuestra responsabilidad, es llegar a la ciudad meta y así cumplir con el propósito,
destino y sueño de Dios para nuestras vidas. Jesucristo se desvió en varias
ocasiones de ir a Jerusalén, pero tenemos dos factores para tener en cuenta, primero:
él siempre se movió guiado por el Espíritu Santo y segundo, cuando fue el
momento, se encaminó a su destino final, a pesar de todos los comentarios le
fueran contrarios.
“Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor
de él una gran multitud; y él estaba junto al mar”
Marcos 5. 21 RV60
El adagio popular reza: es de sabios corregir. En nuestro
caso, muchas veces nos desviaremos de la meta final, más por las emociones que
por la misma guía del Espíritu Santo. Nadie está excepto de cometer un error,
no importa la edad que tengamos, lo importante es reconocer que nos desviamos
del camino, volver a la senda y transitar por ella, tal como deberíamos siempre
de hacer. Como diría Jesucristo: “quién este libre de pecado que tire la
primera piedra”, por eso, es importante reflexionar y considerar a cuantos
hemos dejado de ministrar por no volver a al puerto del cual salimos y que nos están
esperando.
“Y vino uno de los principales de la sinagoga,
llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho,
diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea
salva, y vivirá”
Marcos 5. 22-23 RV60
A Jesucristo lo estaba esperando un ser angustiado
y sin ánimos por las dificultades de la vida. Como hijos de Dios, él nos conducirá
a personas que están desesperadas por la gracia, amor, misericordia y paz que
solo él ofrece. Un día nosotros estuvimos así, alguien nos acercó a Cristo y
hoy podemos vivir confiados en él. Hoy toca devolver gracia por gracia y añadir
una vida en abundancia porque Cristo así la ofrece. Hoy si nos hemos desviado,
es momento de volver al Camino, a Cristo y declarar que él es nuestro salvador
y redentor. Hoy es el día de entrar en el Reposo y permanecer en él.
Dios te bendiga.
UN DESVÍO
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