UN DURO CORAZÓN
No se trata solo de apariencia, tenemos que vivir exactamente lo que
hablamos.
UNA cosa es asistir a la iglesia y otra muy
distinta es ser un verdadero cristiano. Ser cristiano es literalmente ser un
pequeño Cristo. Así que, hacernos llamar cristianos y nunca leer la Biblia, es
una incongruencia. Decir que somos cristianos y odiar a nuestros hermanos, es
una incoherencia. Decir que amamos a Dios porque somos cristianos y menoscabamos
al prójimo, es un desatino. Ver la necesidad de las personas y no hacer nada
por intentar solucionarlo, aunque sea orando, es una barbaridad. Los discípulos
de Cristo, a pesar del tiempo vivido con él y ver muchos de los portentosos milagros
ejecutados por él, no les bastaba, pues aún tenían un duro corazón.
"Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento; y ellos se asombraron
en gran manera, y se maravillaban"
Marcos 6. 51 RV60
Ningún milagro debería dejarnos
sin sorprendernos. Todos los milagros son, la interrupción divina a nuestro
favor. Por lo tanto, tiene que causarnos asombro. No podemos criticar a los apóstoles
por no entender a Jesucristo, más cuando lo vieron actuar en toda su gloria y esplendor.
Dios no deja de sorprendernos y de estar pendiente de nuestras necesidades e
inquietudes. Por ello, con un corazón humilde que reconoce su necesidad del Todopoderoso,
debemos acercarnos a él y pedirle que trate con nosotros y nos dé un corazón sensible
a él.
“Porque aún no habían entendido lo de los panes,
por cuanto estaban endurecidos sus corazones”
Marcos 6. 52 RV60
Podemos comprender a los apóstoles,
pues, vieron como de la nada, Jesucristo alimentó a veinte mil personas. Pero ¿Cuántos milagros de sanidad vivieron?
¿Cuántas familias restauradas observaron? ¿Cuántos milagros de
liberación de demonios contemplaron? Como pueblo de Dios, vemos un milagro tras
de otro, en muchas ocasiones no hemos digerido uno, cuando Dios nos sorprende
con otro. Por eso, tenemos que pedirle
al Espíritu de Dios que cambie nuestra mentalidad natural para comenzar a vivir
la Mente de Cristo que está en nosotros. Porque la única manera que tenemos de alcanzar
la sensibilidad de Cristo, es por medio de actuar conforme a la manera que él
lo hizo.
Dios te bendiga.
UN DURO CORAZÓN
Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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