23 de octubre de 2019

¡AYUDANDO AL NECESITADO!

¡AYUDANDO AL NECESITADO!



Para que tener, si solo es para mí.










Tengo un decir, que recalco cuando comienzo una consejería y es: “no te daré más de 3 consejos, sobre un mismo tema”. Y la explicación, parte de 2 principios. El primero pasa, por mi incapacidad de enseñar o dar consejos. La segunda es, posiblemente la desobediencia de mi interlocutor o de aquel a quien estoy aconsejando. Y esto me ha llevado a tener que vivir momentos desagradables. Cuando eres consejero, arriesgas mucho. Sabes que vas a invertir en otra persona, horas y horas de conversaciones, oraciones, luchas, dificultades. Lo seguirás haciendo,  aún sabiendo y dado por sentado que  aquel, al cual cuidaste con esmero y esfuerzo, una vez supera la crisis o el problema, te volteará la espalda y te ignorará, como si no hubieras pasado horas con él.  La ingratitud no es el peor pecado, lamentablemente será el más desagradable que se pueda vivir.

“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.”
Gálatas 6:9-10 RVR1960


Considero que Dios, sabiamente deseó que comparáramos a todos los seres humanos como su familia, sabiendo que con nuestros familiares, solemos tener  más paciencia.  Con ellos tenemos una extra-paciencia, es decir longanimidad,  para enseñar y soportar los desplantes y menosprecios a nuestros consejos, inversión y sustento. ¿Quién no ha sufrido un desprecio por parte de un hijo?, pero no por ello, dejamos de amarlo y de darle consejos. 






Podría escribir, libros enteros con todos los consejos que les he dado y daré, a cada uno ellos. Les aseguro, que Natalia, Daniela y Juan, les he dado mucho más que 3 consejos, por un mismo tema.

La cuestión  a tratar aquí, hoy, es la capacidad de entender que ninguna semilla bien sembrada, dejará de dar buenos frutos. Pero también dependerá de tú capacidad de discernimiento en donde vas a invertir y cual será la semilla a sembrar. Debemos  comprender que  en muchas ocasiones invertimos en terrenos (cuando digo terrenos, habló de personas) tan secos, que nos desgastarán mucho, en comparación a otros terrenos bien trabajados previamente. Y una especie de antídoto es volver a compararte con aquel quien tú eras previamente antes de conocer a Cristo, permitiendo que él sea el consejero, observando los cambios y reflexionando todas las veces que Dios sigue tratando contigo.







No permitamos que  el desatino y desánimo por dar consejos, nos alejen del servicio, entrega y ayuda a los demás. Cuando prestamos nuestro servicio en las personas, estamos sirviendo a Dios, y él es galardonador. Dios siempre nos va a recompensar. Dios siempre paga bien. La única condición dada por Dios, es que sembremos con amor, Su amor, a cada ser humano que sirvamos y nunca darnos por vencidos, tanto como él no se da por vencido por ningún hombre.

Renueva tus fuerzas, ánimo y perseverancia por seguir sirviendo a los demás.  Sabiendo que Jesucristo, ya recorrió este mismo camino, igual que tú y yo.

Demuestra por otra parte, gratitud a aquel consejero o pastor que ha estado contigo, en las duras y penosas situaciones que has tenido que vivir, recuerda que él, es una persona que se agota y también se desespera por ti, ha estado a tú lado y ha luchado junto contigo, aunque sea en oración. Bendícele.

A propósito, me gustaría  contactar con la comunidad cristiana de Irlanda (cerca de 100 personas) que a diario leen este devocional, visitarlos, tomarnos un café y trabajar con Ustedes, seguiré enviando este mensaje para obtener respuesta vuestra.

Comparte este post, permite que otros se beneficien de la bendición de leerlo, quizás están buscando el Camino y esta sea la forma de encontrarlo a él. Pues #hechos29laobrainconclusa es una realidad.


En esta enseñanza,  hablaré acerca  de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:

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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti


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