EN EL DESIERTO
Nuestras vidas cambiarán, cuando cambie nuestra
mentalidad a la Mente de Cristo.
HOY podemos ver como los israelitas en medio del
desierto, junto al valle del Mar Muerto, tienen grandes cultivos de verduras y
hortalizas. También sabemos, que existen asociaciones de africanos que le ganan
arenas al Zahara, convirtiéndolas en verdes extensiones donde los árboles han vuelto
a crecer. Por definición un desierto es: Territorio arenoso o pedregoso,
que por la falta casi total de lluvias carece de vegetación o la tiene muy
escasa, lugar despoblado o en el que no hay gente, según la RAE. Si personas
común y corrientes convierten el desierto en un lugar habitable, ¿por qué nuestros
corazones no pueden cambiar?
“Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó
pronto, porque no tenía profundidad de tierra”
Marcos 4. 5 RV60
Aunque el texto habla de
pedregales, podemos tomarlo como desierto, porque aplica para esta explicación.
Nuestros corazones pueden estar viviendo un desierto o entre pedregales donde
no hallamos agua, mucho menos donde cubrirnos de los inclementes rayos solares,
por eso mismo, haremos una falsa coraza de protección ante estas situaciones, así
que, cuando nos llega la Palabra de Cristo, la cual es fresca y obviamente
refresca, no podemos asimilarla, esto nos sucederá siendo cristianos o no. Si siendo
cristianos esto nos ocurre, ¿qué podemos esperar de una persona que ha estado toda
la vida sin poder saciar su alma?
“Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía
raíz, se secó”
Marcos 4. 6 RV60
Cuando un lugar esta árido
y desde luego seco, tratar de nutrirlo en agua, es un proceso muy lento, el agua
no permea fácilmente esta dura capa de barro sólido y, si hablamos del desierto,
el agua tenderá a evaporarse rápidamente. Los ingenieros de campos de Golf, en
el desierto saudí, lo primero que tienen que hacer es preparar el terreno para que
este sea hidro poroso, es decir, lo vuelven a su estado supuestamente natural,
pero el truco de ellos es que las semillas de la grana están biológicamente
modificadas. Cristo a través de Su propio Espíritu traerá el aliento, agua y protección
natural y no adulterada de su presencia para alimentarnos y transformar nuestros
corazones pedregosos y desérticos, en verdaderas esponjas de aceptación, amor y
atención, para que enseñemos y entreguemos a los demás de lo mismo que nosotros
hemos recibido de él.
Decidamos cambiar nuestra manera
de pensar y permitamos que Cristo, crezca en nuestros corazones, cómo esa buena
semilla que es él y demos frutos a tiempo y fuera de él.
Dios te bendiga.
EN EL DESIERTO
Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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