8 de junio de 2019

PADRE NUESTRO, QUE NOS HAS DADO UN SACERDOCIO




PADRE NUESTRO, QUE NOS HAS DADO UN SACERDOCIO 


Un niño necesita más de unos papás, que de un ángel  protector.








Como he podido comentar en otros escritos, soy una persona muy feliz de haber nacido en la familia que tengo, pero eso no significa que seamos como tal, funcionales, o por lo menos en el tiempo que viví en casa, mi papá por circunstancias laborales trabajó en una población a una hora de distancia con lo que estaba o procuraba estar con nosotros el fin de semana, pero durante ese tiempo él fue muy amante a los juegos de azar y la bebida, mi mamá por su parte, trató de la mejor manera sacar a unos hijos adelante, entre los cuales contamos con una monja, dos empresarias, un experto en salud y yo…(me ahorro los comentarios sobre mí… Ja, ja, ja; pero también esta  mi hermana mayor quién no se crió con nosotros y mi otra hermana quién  es transexual), por eso mi mamá buscaba siempre la manera de generar ingresos extras de muchas maneras, desde una peluquería la cual fue su actividad principal pero en su haber cuenta con una floristería, modistería, venta de ropa y bisutería, en fin, todo un centro comercial dentro de casa.

Pero de mi parte, estoy completamente sano, y a pesar que ellos no son cristianos, y me educaron en la religión tradicional, me motivaron a terminar mis estudios obligatorios, pero  al ser un joven conflictivo siempre  busqué llamar la atención, así que me catalogo dentro de aquellos seres que han tenido a unos papás ausentes, no los juzgo, ni les critico, pero no por ello debo de dejar de reconocer estos acontecimientos en mi vida. Así que uno de los mayores flagelos de esta sociedad es: “Criar familias con unos papás ausentes”. Esto no es nuevo, pero ahora estamos viviendo las consecuencias de ser conscientes de este mal que les estamos haciendo a nuestros hijos.

Por eso recalco la importancia del rol sacerdotal que Dios nos otorgó,  tanto a los hombres como a las mujeres, pues ambos tenemos que ejercer tal función dentro de nuestros hogares, iglesia, sociedad.

Recordemos lo enseñado por Jesucristo:

“El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante.”
Juan 10:10 NTV

Y como tal, el adversario es un experto en quitarnos la bendición de ser lo que Dios desea que seamos, para llevarnos a una versión corrupta de lo creado.

Lamentablemente hoy  damos paso a otros para que resuelvan los conflictos en el hogar; me refiero, anteriormente el papá y la mamá eran los Sicólogos, Terapeutas, Orientadores, etc… No eran perfectos pero sacaron a miles de generaciones sin los grandes problemas y fobias que demuestran nuestros jóvenes, y yo doy fe de ello, mi mamá hizo todo lo que pudo para que yo este en el lugar y posición que vivo. Por eso y a pesar de todo, puedo llegar a considerar que ella cumplió el papel sacerdotal dentro de una familia quizás atipica pero dio la talla con cada uno de nosotros y sin ella conocer a Cristo de la manera que los cristianos le conocemos, Dios la utilizó para que yo alcanzara la gracia, misericordia, verdad y amor que solo él ofrece.

Recordemos que no existe acto más noble que darse por los demás tal como Jesucristo se dio por la humanidad, pero leyendo entre lineas podemos comprender, que Dios estaba tan orgulloso del acto noble de volver a unir a la humanidad a su presencia, que en un hecho casi inexplicable permite que 2  generaciones diferentes, 2  exponentes sacerdotales le vieran en plena acción y por eso el Cielo se rasgó y aún hace eco en la eternidad estás preciosas palabras:

“De repente, aparecieron Moisés y Elías y comenzaron a conversar con Jesús. No había terminado de hablar cuando una nube brillante los cubrió, y desde la nube una voz dijo: «Este es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo. Escúchenlo a él”.
Mateo 17:3, 5 NTV

Sabemos que Moisés conoció la muerte y en algunas versiones bíblicas nos dejan entrever que fue enterrado en un lugar desconocido por el propio Dios, lee detenidamente Deuteronomio 34. Elías fue arrebatado por el Espíritu de Dios y llevado a Su presencia, por eso ambas generaciones de sacerdotes pudieron contemplar la grandeza de una familia funcional que predican el sacerdocio y lo cumplen  en su máxima expresión.

Pero también podemos observar el sacerdocio compartido en la historia vivida por José y María, ambos comprendieron su rol protagónico, tanto José al permitir que su prometida fuese utilizada por Dios para ser la mamá de su Hijo (un hecho inexplicable) pero respaldando el ministerio fundamental de la mujer de ser la portadora de buenas nuevas de Salvación, como cuando fue a visitar a Elizabeth su pariente, y ambas por revelación divina comprendieron el trabajo de Dios con cada cual. Puedo seguir dando ejemplos, pero deseo centrarme en el papel sacerdotal de María con Jesús:

“Al día siguiente, se celebró una boda en la aldea de Caná de Galilea. La madre de Jesús estaba presente, —Apreciada mujer, ese no es nuestro problema —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi momento. Sin embargo, su madre les dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga».”
Juan 2:1, 4-5 NTV

Quizás sí María, que en estos momentos está viuda de José, no hubiera tomado el sacerdocio en serio, posiblemente no hubiera puesto a Jesús en la escena de su asignación, y no tendríamos el ejemplo de las bodas de Caná.

¿Hasta cuándo vas a estar peleando en contra de Dios?
¿Cuántas bendiciones te estás perdiendo por menospreciar el sacerdocio de otros?
¿Cuándo vas a dejar actuar al Espíritu Santo en ti?

En esta enseñanza hablaré de la hombría como un estado sacerdotal en desuso que tenemos que recuperar tanto los hombres como las mujeres practicándolo como familia. Sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en la web y lee otros estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:


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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.








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