29 de agosto de 2020

DEVOCIONAL CRISTIANO AÚN NO TE ENTIENDO

 

DEVOCIONAL CRISTIANO

AÚN NO TE ENTIENDO

 

 

 

 

 

 

No critiquemos, mejor oremos.

 

 

 

 


 

 

                                       ES sorprendente ver la cantidad de críticas y burlas que recibimos aquellos que estamos hablando un mensaje de parte de Dios. Pero, el ponerse en nuestros zapatos muchos ni se atreven. Es más fácil simplemente decir, “en esa iglesia me desplumaron los bolsillos”, “este falso profeta dice y habla, pero no se cumplen sus palabras” y así, tenemos un larguísimo etcétera. Así que, quien este deseando ministerio, tiene que saber que esta vida no es sencilla. Debemos mantener nuestra vista puesta en Cristo y así será más sencillo sobre llevar el largo y pesado camino.

 

“Maldito el día en que nací; el día en que me dio a luz mi madre no sea bendito. Maldito el hombre que dio la noticia a mi padre, diciendo: ¡Te ha nacido un hijo varón!, haciéndolo muy feliz”

Jeremías 20. 14,15 LBLA

 




Desde que las redes sociales nos acercan las noticias, vemos claramente como es la vida conflictiva en muchos ministros y sacerdotes, quienes por estar transmitiendo y sirviendo a la comunidad sufren de depresiones, angustias, dolores, llegando al suicidio como en los últimos años, se ha registrado a nivel mundial.

 

Es tan sencillo hacer la crítica al pastor tal o un ministerio especifico sin saber las horas de esfuerzo y dedicación que han tenido para llevar una palabra de aliento o de servicio comunitario. Levantar el dedo acusador está al alcance de todos, pero lo más prudente sería levantar una plegaria de agradecimiento delante de Dios por ese ministro que hoy se equivocó o le falló el carácter. Una sencilla oración por un ministro o por un ministerio, hará la diferencia.

 

“Porque no me mató en el vientre para que mi madre hubiera sido mi sepultura, y su vientre embarazado para siempre. ¿Por qué salí del vientre para ver pena y aflicción, y que acaben en vergüenza mis días?”

Jeremías 20. 17,18 LBLA

 




¿Podemos imaginar el dolor y la angustia que vive un ministro de Dios para desear no haber nacido?

¿Podemos levantar oraciones por todos los pastores, ministros y sacerdotes que predican el Evangelio de Cristo?

¿Podemos entender aquellos que están extendiendo el reino de Cristo entre las naciones?

 

AÚN NO TE ENTIENDO

 

 

Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti. Recuerda adquirir el libro: “Cómo entender que el sacerdocio produce en mí, hombría”, a través de este enlace:

 


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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.

 

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