28 de septiembre de 2019

¡LO QUE HABLES, ESTE ES EL DESAFÍO!

¡LO QUE HABLES, ESTE ES EL DESAFÍO!


¿2  bocas, 1 oreja? Este no es el diseño.



Tenemos una capacidad natural y exclusiva, poder producir sonidos llenos de significado. Estos sonidos, además tienen sentimientos, contenidos y poder y, nos sirven o los usamos para comunicarnos, como seres humanos.

Pero el desconocimiento que están llenas de poder, hacen que hagamos de ellas una punta de lanza o un arma poderosa. Lamentablemente nos hemos dejado llenar del tono gris de esta sociedad. Pero en Dios, los tonos son blancos o negros. En otras palabras, lo que dices puede llegar a producir bendición, igualmente puede llegar a producir maldición. Por eso, pon mucho cuidado con lo que dices, lo que hablas, lo que pronuncias.





“A Ti, oh SEÑOR, elevo mi alma. Dios mío, en Ti confío; No sea yo avergonzado, Que no se regocijen sobre mí mis enemigos. Ciertamente ninguno de los que esperan en Ti será avergonzado; Sean avergonzados los que sin causa se rebelan. SEÑOR, muéstrame Tus caminos, Enséñame Tus sendas. Guíame en Tu verdad y enséñame, Porque Tú eres el Dios de mi salvación; En Ti espero todo el día.”
Salmo 25:1-5 NBL

“Con el fruto de su boca el hombre sacia su vientre, Con el producto de sus labios se saciará. Muerte y vida están en poder de la lengua, Y los que la aman comerán su fruto.”
Proverbios 18:20-21 NBL


“Por tanto, dejando a un lado la falsedad, HABLEN VERDAD CADA CUAL CON SU PRÓJIMO, porque somos miembros los unos de los otros.”
Efesios 4:25 NBL

Pretendemos inocentemente, vivir el Salmo 25 sin tratar de conocer el corazón de Dios. Por eso,  somos llevados por las corrientes de este siglo. Vamos dado tumbos, entre la religiosidad y la gracia, sin poder entender que somos justificados por Jesucristo. Por ello, utilizamos incorrectamente los dones y recursos dados por Dios. Uno de ellos es la comunicación. Dentro de ella, enseñamos, corregimos, exhortamos, y muchas cosas más que nos permiten tener una vida placentera y disfrute con los demás.





Así que hablar, por hablar puede llegar a producir en nosotros:   

“En las muchas palabras, la transgresión es inevitable, Pero el que refrena sus labios es prudente.”
Proverbios 10:19 NBL

De esto se desprende que, aprender a callar en el momento oportuno, será de mucha bendición, también con este silencio, podemos llegar a reflexionar y pensar, así poder cambiar. Jesucristo nos dejó bellos testimonios de saber callar, pero también de saber cuestionar para dejar callados, a aquellos que deseaban vapulearlo.





“En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.”
Juan 1:1 NBL

Para el judío, es tan importante lo que se habla y se dice. El Apóstol está declarando la importancia de Jesucristo, pues comprende que la Palabra es: “una extensión de la vida misma”. Recordemos que la creación existe, porque Dios dijo y estas palabras movieron todo a Su alrededor para que las cosas existieran.


“No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan.”
Efesios 4:29 NBL

¿Por qué crees que hay tantos conflictos hoy?

Desde luego por la ausencia de Cristo en los corazones, pero hilando más fino, por la falta y mala   comunicación entre los seres humanos, aquellos que…”razonamos”. Pues, las palabras que deberían estar produciendo bendición, en realidad están produciendo contiendas, odios, guerras, divisiones, amarguras, en resumen, maldiciones.

¿Qué produce hablar con amor y respeto, bendiciendo a los demás?





Hablar con sabiduría, amor, y verdad traen consigo armonía. Posiblemente si sacas uno de estos elementos, producirás caos. Aprendamos a usar palabras de sabiduría, las cuales producirán bendición.  Aprendamos a oír a los demás. Aprendamos a callar delante de otras personas. Aprendamos a hablar.

Si no somos capaz de callar y bendecir a los seres humanos que tenemos frente a frente, ¿cómo pretendemos hacerlo delante del Dios Invisible?

Por eso, tomemos esta palabra en serio, seamos de bendición para nuestra familia y sociedad. Dejemos de lado las palabras destructivas.

Si quieres,  puedes confesar: ¡soy un persona llena de la Palabra de Dios para bendecir a los demás!

Comparte este post, permite que otros se beneficien de la bendición de leerlo, quizás están buscando el Camino y esta sea la forma de encontrarlo a él. Pues #hechos29laobrainconclusa es una realidad.


En esta enseñanza,  hablaré acerca  de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:

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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti










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