UNA MALA COSTUMBRE
No dejarnos llevar por las corrientes de este
siglo pasa por tener las convicciones claras del reino de Dios en nuestras
vidas.
HOY más que nunca vemos como el matrimonio se ha
convertido en un mero trámite haciendo perder el valor que Dios le dio en el Paraíso.
Cuando Dios une a esa primera pareja que solemos llamar Adán y Eva, los hizo con
el firme propósito que vivieran eternamente juntos. Así, la historia mitológica
nos enseña que durante el milenio que vivieron, jamás se separaron. Acaso,
sesenta y cinco años de matrimonio entre luchas, pruebas, rupturas que
normalmente pueden vivir cualquier tipo de parejas, ¿no las habrán tenido
igualmente Adán y Eva en sus mil años de vida? Desde luego que sí, acaso después
de la expulsión del Paraíso, ¿será que no hubo reclamos entre ambos? Ahora la
mujer tendrá sus hijos con mucho más dolor y el hombre cultivará la tierra con mayor
esfuerzo, solo porque creyeron en la autojustificación que ofreció el adversario.
Ellos cambiaron el garante de sus vidas, pasaron de Dios al adversario y esto
trastocó a todo el Universo. Desde luego, el mundo también cambiaría para
siempre.
“Él, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés?”
Marcos 10. 3 RV60
Jesucristo tratando de enseñar que las malas costumbres
nada tienen que ver con el mandato divino, sino todo lo contrario, por satisfacer
los deseos de los seres humanos, existen tradiciones que perpetuamos a pesar de
ser contraproducentes contra nosotros mismos y contra el entorno que nos rodea.
Por ejemplo en algunos países latinoamericanos el contrato matrimonial vence
cada seis meses. Esta medida en cierto punto es buena, pero, ¿está es la voluntad
de Dios? El amor se ha de cultivar diariamente y lo digo por experiencia, si no
se hace, el matrimonio puede verse altamente contagiado con las corrientes de
este siglo. Salir de este pozo es muy difícil, solo la intervención divina,
puede sacarnos de allí y ponernos sobre la Roca firme: Jesucristo.
“Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de
divorcio, y repudiarla.”
Marcos 10. 4 RV60
Hoy no decimos Moisés nos da permiso, si no que anunciamos
que la constitución y los derechos civiles nos avalan para divorciarnos. Sé que
hay situaciones insostenibles y que no hay manera de repararlas: violencia
física y psicológica por ejemplo, tanto a la pareja como contra la familia,
pero habría que conocer cada caso. Dios es un Dios de miles de oportunidades, pues
él, a la primera nos descarta, ni a la segunda o quinta…Dios siempre sabe lo
que ha de hacer. Somos los seres vivos los que no estamos dispuestos a brindar
las mismas oportunidades que Dios nos da. Abramos nuestro corazón, mente y alma
para escuchar a Dios, alejando las malas costumbres de nuestra vida y demostremos
que Cristo vive en nosotros.
Dios te bendiga.
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