EL PRIMER MANDAMIENTO
Estamos rodeados de leyes y de mandatos lo
queramos aceptar o no.
COMO seres humanos
estamos rodeados de leyes naturales, físicas como sociales. Leyes de tránsito,
leyes civiles y penales, leyes sociales, leyes de la gravedad, leyes de la termodinámica,
leyes para los trabajadores y para los empleadores, etc. Estas leyes están diseñadas
para regular nuestras vidas y aunque nos incordien en algún momento, están
hechas para que tengamos una supuesta mejor vida. Pensemos, en la autopista no
debemos transitar a más de 110 km por hora, cuando superamos estos umbrales, ponemos
en riesgo nuestras vidas y la de los demás. Por ello, cuando faltamos a esta
ley transitando por encima de esa velocidad, vendrá la autoridad competente y
nos pondrán una denuncia y seguramente nos quitarán puntos del carné de conducir
o licencia de conducción. En nuestra vida espiritual también tenemos leyes y
mandatos para cumplir, pues estas también nos ayudan para tener una vida de
calidad excepcional y será en beneficio de todos aquellos que nos rodean.
“Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que
les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de
todos?”
Marcos 12. 28 RV60
Lo curioso de este asunto es que todas estas leyes
naturales, físicas o sociales tienen la misma base que las leyes espirituales:
ama a Dios y a tu prójimo como a ti mismo. El laicismo y el ecumenismo malintencionado
ha pretendido sacar a Dios de la sociedad y en muchos países y entre comillas
lo han logrado. Pero ¿cómo vamos a sacar al Creador de su creación? Y, definitivamente
comprobamos que simplemente es una utopía que se pretende llegar.
“Jesús le respondió: El primer mandamiento de
todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.”
Marcos 12. 29 RV60
El primer mandato es amar a Dios. La
intromisión de algunos conceptos filosóficos erróneos a las predicaciones nos
ha querido enseñar que primero tenemos que amarnos para amar a Dios y después a
los demás. Pero la orden por Dios es muy clara y especifica: ama a Dios primero.
Dios es amor, por eso nos manda a amarlo. Dios muestra su amor por la humanidad
a partir de toda la historia, por ello, tenemos que seguir los ejemplos bíblicos
para poder hacerlo conforme a la voluntad de Dios. Brevemente, aprendamos a
amar a Dios, dándole la exclusividad que se merece y, simplemente todo el resto
de cosas se nos dará.
Dios te bendiga.
EL PRIMER MANDAMIENTO
Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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